lunes, 23 de diciembre de 2013

Metrópolis: Pequeña antología arbitraria


LA ESPECIALISTA EN BABOSAS

Cuando era especialista en babosas, apartaba
las hojas de la hiedra, en busca de esos cuerpos
traslúcidos, brillosos, de gelatina verde,
que subían reptando lentamente
a mi merced, por la pared de piedra.
Al estar hechas casi todas de agua,
morían al instante si les echaban sal,
pero eso no era lo que a mí me interesaba. Lo que a mí me gustaba
era correr las hojas de la hiedra, quedarme respirando
el olor de la pared, y esperar en silencio hasta que el bicho
se olvidara de mí, y sacara las antenas;
ver cómo esos cuernitos relucientes se alargaban
como si fueran telescopios, hasta que finalmente
los extremos sensitivos salían a la luz,
íntimos e infalibles. Unos años más tarde,
cuando vi por primera vez a un hombre desnudo,
me sorprendió observar cómo se repetía
el callado misterio, ver a esa criatura
parsimoniosa y elegante salir de su escondite
y brillar en el aire polvoriento,
deseosa y tan confiada
que una podría llorar.

(Sharon Olds)
Versión de Ezequiel Zaidenwerg


ORACIÓN ANTE EL CADÁVER DE ELVIS

dios que habitas en los desiertos
en los espíritus perdidos por calles oscuras
conduce a este cuerpo inerte hacia su paraíso
no lo dejes caer en la tentación de volver
a la vida a los aplausos y las anfetaminas
si alguna vez lo viste en un bar totalmente
borracho y maldiciendo la suerte de su corazón
perdónalo porque nunca supo lo que hacía
si lo viste muchas veces hacer lo mismo
en miles de bares de Tennesse perdónalo
mil veces porque así como lo hicieron rey
murió muy solo
igual como murió tu unigénito en el Gólgota
yo sé que si lo oyeras bailarías sacudiendo
esa barba sureña y cimbreando tu pelvis
al compás del rock de tu cárcel infinita
dios todopoderoso creador de la música de los 50’s
oye esta oración que es la única que he compuesto

(Miguel Ildefonso)


lo que pasó por la cabeza del violinista en que la muerte acentuó la palidez al despeñarse con su cabellera negra & su stradivarius en el terrible desastre aéreo de ayer

do
re
mi
yo pienso en bela bartók
yo pienso en rita lee
yo pienso en el stradivarius
y en varios empleos
que tuve
para llegar aquí
y ahora la turbina falla
y ahora la cabina se parte en dos
y ahora todos los cacharros caen de los compartimentos
y yo caigo junto
lindo y pálido mi cabellera negra
mi violín contra el pecho
el tipo de adelante reza
yo sólo pienso
do
re
mi
yo pienso en stravinski
y en las barbas de klaus kinski
y en la nariz de karabtchevsky
y en un poema de joseph brodsky
que una vez leí
señoras intactas, desabrochen sus cinturones 
que el suelo es lindo & ya está llegando
one
two
three

(Angélica Freitas)
Traducción de Sergio Ernesto Ríos 


UN HIJO CON SÍNDROME DE DOWN

Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down sé que le pondríamos una silla sobre el techo para que subiera a ser la bandera de nuestra patria.

Nada era borracho en ti / hasta que llegué yo rompiéndome. Ahora no parece importante la alfombra que tuve que botar por las manchas de vino / ahora brillo en tu rubor, así como slogan de maquillaje para señoritas adineradas, así como queriéndote en una desgracia tan linda.

En este cielo todo es diminuto como una estrella / te quería invitar a mi rabia para que la convirtiéramos en ropa / pero ni te imaginas MI amor. Es cierto, me viste llorar sin sentir asco de un fluido que no va a ninguna parte / anoche chocamos contra el vidrio como polillas creyéndose piedras / guardo todos tus movimientos como postales rotas / ni te imaginas MI amor.

Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down yo le enseñaría a suicidarse sin morirse.

Anoche gastaste todo tu dinero en alcohol y todo eso fue para que yo durmiera a tu lado y soñará con arañas blancas que va pariendo el viento. Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down me gustaría que soñara ese sueño.

Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down le enseñaría a bailar mal y tú le peinarías los cabellos dorados con sus autos de juguete / Tenemos tanta tierra en los ojos / Tenemos tanta sed ahora que todo se nos quema y nos invertimos en lo que nos deja la noche. Sin embargo, mira cómo brillan las lágrimas de alcohol evaporándose rápido como angelitos transparentes.

Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down no podríamos dejar de amarnos ni aunque muriésemos masacrados por la pobreza.

Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down tú le comprarías una ropa tan linda que yo no podría dejar de llorar y besarte / pero ni te imaginas MI amor / ahora piensas en que el sexo de toda cosa es un infierno sin darte cuenta de que saltan diablos bolivianos de tu pecho al mío y el resto me importa un carajo / ahora piensas en nuestro hijo Down / piensas en su nombre de hombre y en la agüita bautismal que regurgitarás sobre su pecho.

Tenemos que dejar de dolernos así como si nos gustara mucho esa sospechosa categorización del amor. Si tuviéramos un hijo con síndrome de Down no podríamos dejar de amarnos ni aunque muriésemos masacrados por el aburguesamiento.

Mírale la carita a nuestro hijo / se parece tanto a nosotros que nos hemos convertido en Down y somos felices para siempre.

(Pablo Paredes)


ERRATA

Donde se lee Dios debe leerse muerte.
Donde se lee poesía debe leerse nada.
Donde se lee literatura debe leerse ¿el qué?
Donde se lee yo debe leerse muerte.
Donde se lee amor debe leerse Inês.
Donde se lee gato debe leerse Barnabé.
Donde se lee amistad debe leerse amistad.
Donde se lee taberna debe leerse salvación.
Donde se lee taberna debe leerse perdición.
Donde se lee mundo debe leerse sáquenme de aquí
Donde se lee Manuel de Freitas debe ser
con certeza un sitio muy triste.

(Manuel de Freitas)
Traducción de Sergio Ernesto Ríos




viernes, 20 de diciembre de 2013

Aleksandar Ristovic - El almuerzo del diablo


EL ALMUERZO DEL DIABLO

Una espina le basta.
Una manzana hecha de hierro.
El pezón de una mujer que pasea en casa
vistiendo sólo una prenda ligera.
Una oreja de cerdo es suficiente.
El bicho rastrero entre dos platos vacíos.
El niño que sopla un diente de león.
Los miembros marchitos de una anciana
en su lecho de muerte.
Los miembros de una joven
esperando a su amante
con una mano en los pechos
y la otra en los labios.

Lo que come en el almuerzo
lo vomita en la cena
sobre algún rosal
o árbol navideño.


De Devil's Lunch
Traducción del serbio al inglés de Charles Simic.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Francis Ponge - Algunas piezas


LO INSIGNIFICANTE

   “Qué hay más atrayente que el azul, sino una nube, en la dócil claridad?
   Por esta razón prefiero cualquier teoría al silencio; y más aún un escrito, cuando pasa por insignificante, a una página en blanco.
   Es todo mi ejercicio y mi suspiro higiénico.”


EL MUÉRDAGO

   El muérdago seduce: especie de mimosa nórdica, de mimosa de las nieblas. Es una planta de agua, de agua atmosférica.
   Hojas en forma de palas de hélice y frutos en forma de perlas viscosas.
   Tapioca que se hincha en la bruma. Engrudo de almidón. Grumos.
   Vegetal anfibio.
   Algas que flotan a la altura de los chalés de bruma, de las estelas de niebla.
   Despojos que quedan enganchados a las ramas de los árboles, en el estiaje de las nieblas de diciembre.


EL APARATO TELEFÓNICO

   Un crustáceo que zumba alegremente es descolgado de su pedestal portátil con suela de fieltro y con una cola de cinco metros y de tres hilos distintos que se enlazan entre sí sin perjudicar al sonido…, mientras una cereza metálica vibra entre los senos de alguna sirena sentada sobre una roca…
   Cada gruta sufre la invasión de una risa con arrebatos argentinos, imperiosos y tristes, aportados por ese aparato.


 EL BOMBEO LÍRICO

   ¡Qué poético el momento en que, de noche, aparecieron los camiones de la limpieza en la calle! ¡Qué trastorno produce! ¡Inmejorable! Uno no sabe cómo contenerse. Imposible disimular la emoción
   Y sin nos encontramos con algún amigo, o la novia, desearíamos que nos tragara la tierra.
   Es una vergüenza tan solo comparable a la del niño cuyas poesías son descubiertas.
  ¡Pero qué bello es por sí mismo! ¡Esos pesados caballos, esos pesados coches que hacen temblar el barrio como una especie de artillería, esas gruesas mangueras, y ese ruido profundo, y ese olor que inspirara a Berlioz, ese trabajo intenso y algo precipitado —y esas aspiraciones confusas— y lo que uno se imagina en el interior de las máquinas bombeadoras y de las curvas, oh desfallecimiento! 


Traducción de Diego Martínez Torrón

lunes, 16 de diciembre de 2013

Dos poemas de Czeslaw Milosz


AUTODESCRIPCIÓN HONESTA CON UN VASO DE WHISKY, EN EL AEROPUERTO, DIGAMOS QUE EN MINNEAPOLIS

Mis oídos se pierden en las conversaciones, mis ojos se apagan, pero siguen siendo insaciables.

Veo sus piernas con minifaldas, con pantalones o con sinuosas telas,

Las miro una a una por separado, miro sus muslos y sus nalgas, absorto, meciéndome entre sueños pornográficos.

Viejo verde, es hora de ir a la tumba, no de jugar y divertirse como un joven.

Pero es simplemente lo que siempre he hecho, crear escenas de este mundo por orden de la imaginación erótica.

No es que desee a estas criaturas en concreto, lo deseo todo, y ellas son como señales de una unión extática.

No tengo la culpa de que hayamos sido moldeados de esta manera, mitad contemplación desinteresada y mitad apetito.

Si voy al Cielo cuando muera, todo debería ser como aquí, sólo que liberado de estos torpes sentidos, de estos pesados huesos.

Convertido tan solo en una mirada, seguiré absorbiendo las proporciones del cuerpo humano, el color de los lirios, una calle parisina en junio, al alba, toda esta incomprensible abundancia, la incomprensible abundancia de las cosas visibles.

  
PRUEBA

Y no obstante conociste las infernales llamas.
Incluso podrías decir cómo son: reales,
Con ganchos puntiagudos para desgarrar la carne
A trozos, hasta el hueso. Y al pasar por la calle
Había torturas, sangre derramada, azotes.
Lo recuerdas y no dudas, seguro que existe el infierno.

Traducción de Xavier Farré

martes, 10 de diciembre de 2013

Tres poemas de Vasko Popa


Negra tu lengua negro tu mediodía negra tu esperanza
Todo en ti negro solo mi escalofrío blanco
Mío el lobo bajo tu garganta

Tu lecho la tormenta
Mi terror tu cabecera
Vasto tu campo sin sosiego

De llamas tus bocados y céreos tus dientes
Mastica entonces glotona
Mastica cuanto quieras

Mudo tu viento muda tu agua mudas tus flores
Todo en ti mudo solo mi rechinar sonoro
Mío el gavilán en tu corazón

Escasa seas en tu madre horror


CONVERSACIÓN

Por qué te alzas
Y las orillas tiernas abandonas
Por qué sangre mía

Te dejo ir adónde
Al sol

Tú piensas es el beso del sol
No tienes idea de ello
Mi río subterráneo

Me dueles
Te llevas mis leños y mis piedras
Qué te pasa carrusel mío

Romperás mi círculo infinito
Que aún no hemos construido
Rojo dragón mío

Solo sigue corriendo
Que tus pies no te dispersen
Corre lo más lejos posible sangre mía


PARTIDA

Ya no estoy aquí
No me he movido un ápice
Pero ya no estoy aquí

Que entren
Que revisen      que registren

A la sombra del costillar el molino
Muele el maduro vacío
Colillas de sueños baratos
Humean en el cenicero
Ya no estoy aquí

La barca atada se mece
Sobre las olas rojas
Un par de palabras inmaduras
Pende en la garganta nublada
Ya no estoy aquí

No me he movido un ápice
Pero ya estoy lejos
Difícil que me alcancen


De El cansancio ajeno (Vaso Roto, 2012)
Traducción de Dubravka Sužnjević

viernes, 6 de diciembre de 2013

Cuatro poemas de Miguel Ángel Bustos


Madre yo era cristiano como los que
antes vinieron a estas playas.
Cuando duermo quedo en cruz
cuando muero quedo en cruz fue la cruz el primer grito que sentí al llegar a este mundo.
La cruz de la sangre más triste.
Hombres hubo que subieron a la cruz. Transformados en dioses mudos. En bronce y                                        cristales atados claman. Naturalmente no iré a desatar a nadie tan débil pobre muerto.
Vos que al morir te irás en una cruz te siento humana yo te desato.


ALA TEMPORAL HERIDA

   Me matarán señor tus clavos si antes no me mata
 la ausencia de tus clavos.
   Noche y día siento el golpear de tus maderas en mi cráneo.


BROTA EL POLEN

Polen atómico
muerde
lento,
la nuca
del niño.
Enrosca viento
luz enrosca
flores y panes,
la muerte
en la sangre.
Lleva viento
lleva,
polen
herido
a las flores sedientas.


CANTO DEL BIENAVENTURADO

Señor Señor por qué me has abandonado
si yo era inhumano
pero rezaba todos los domingos.
Traté de ser altar
siete hostias por semana para mí
un solo oro para mí tu sangre.
Ahora me doy veinticuatro campanadas
y me duermo como un poco de tierra.
Cuando muera
bajo el canto inhumano de mis
   hermanos
seré reliquia orín aroma.
Quedaré en mis huesos por toda la
   eternidad. Amén.


De Visión de los hijos del mal (Argonauta, 2008)


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cinco poemas de Tomaž Šalamun


Con mi lengua,
como un entregado
perro fiel, Te lamo
la cabeza dorada,
lector.
Mi amor
Es terrible.


No me gustan las cerezas negras en el árbol.
¿Quién ha frotado de hollín la osa?
Un feto, un maxilar roto, falta un trozo del esófago.
Me gustaría ser lluvia que lava el tejado.
Me gustaría que me ardiera todo el pelo para quedarme calvo.
Morí cuando me quité los zapatos.
La hiedra me ha cubierto como a un castillo.
Dentro todavía tengo tiza; fuera, una pequeña cartera amarilla.
Se balancea en mis manos como un santo ahorcado
en el árbol – aquella cereza.


ANDRAž Y Tomaž Šalamun

Andraž y Tomaž Šalamun.
Están sentados en sillones verdes,
ambos terribles comerciantes del esto.
(Pensaba escribir del este,
pero me he equivocado al teclear).
Él con su locura,
yo con mi Cristo.
Ambos miramos el humo.

Yeah, I fuck his brain.
Él ama a mi Cresta.
(Pensaba escribir
a mi Cristo,
me he equivocado al teclear,
palabra de honor en ambos
casos).
The same, mum!


CARTAS A MI MUJER

I

Seré fusilado un
Día
que será
compacto y
fresco.

II

Say hello to Darko if he comes around.
Yo soy vuestro hijo.
Yo soy tu
sol negro.

III

Observo a una hembra que
mira
enajenada.
Fuma furiosamente un cigarrillo.

IV

Una mariquita gana
un patchwork por cada
punto negro y
rojo.

V

La tribu
del Libro roe los huesos en gelatina y
mermelada.
La naturaleza va
en dirección contraria.

VI

Es con el fascismo y con la muerte con los que soy más benévolo.
Si fuera
Hitler, habría
hecho rebanadas de Eva Braun.
Una de las primeras
fotografías de él siempre me llena
de alegría.
Esquiando, en los Alpes,
con una gorra verde con goma.
Las cenizas puestas a cocción piadosamente,
se siguen elevando
hacia el cielo.

VII

En mi opinión
las tortugas
viven tanto
tiempo porque no distinguen
los colores.

VIII

Morir sobre una piel.
Mirar las montañas por la ventana.
Cortar en carne y sangre lo que lleva el viento.
Este es mi tiempo.

IX

En las bellas formas se esconde
una herida.
Los arroyos y los campos están
en tablas.
En aquél entonces no había
puentes de hormigón armado. Si
el corazón no mira hacia afuera
de los arcos, no mira
a ningún sitio.
Los estigmas son domesticación
y olvido.


INSECTOS, PÁJAROS

Noto
la mano de dios en mi nuca.
¡Quién osa aplastar mi cabeza!
Miro
a una avispa muerta.
Está en un papel blanco, bajo una inscripción
negra: llamar a Junoš.
Imprime este gesto vacío en mí. Imprímelo.
Dios es el vacío.
Su cabeza, un tumor de carne pestilente
de un semental. Le ha caído a un lobo en la nieve.

Qué quieres
gaviota, ¡vuelve al río Hudson!
No rasgues mi cuerpo con relámpagos.
¡Ventana! No me mires fijamente.
He oído que tienes
las manos blancas,
señor del Vacío.
Nunca las he visto.



De Balada para Metka Krašovec (Vaso Roto, 2013)
Traducción de Xavier Farré


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Carl Amery - El pez guía amputado

(fragmentos)

¿Cuán demoníaco era Hitler?

Ya de por sí la pregunta resulta sospechosa. Da a entender que el que la formula desea esconder un punto débil en su pasado político y que lo hace de un modo mítico-místico. Hay una anécdota del teólogo suizo Kart Barth, al que al parecer otros religiosos aseguraron después de 1945 que al encontrarse con Hitler creyeron estar viendo los ojos de Satán. Barth se echó a reír y les espetó que no querían admitir que políticamente habían sido unos necios.
   Y sin embargo, el muy serio Rüdiger Safranski no ha sido el único en redescubrir el “mal” absoluto como elemento de descripción útil. En el caso Hitler, la fórmula demoníaca al menos nos circunscribe a la pregunta: ¿cómo pudo ocurrir que la mayoría del pueblo alemán llegara a reaccionar ante este personaje, que fue un don nadie durante treinta años, con esas orgías de delirio?

*

  Propongo  que nos aproximemos a la cuestión de lo demoníaco desde una perspectiva de historia del arte, lo que nos permitirá una mayor libertad. ¡Consideremos por ejemplo las diablos de Jerónimo Bosch! Esos trémulos monstruos son muy variados, pero tienen una cosa en común: no están completos. Su terror, el espanto que que irradian es el de un ser tullido, incompleto, reducido a una mecanicidad monomaníaca. Y a eso, a la deformidad, tiende en último término, a mi entender, el carácter demoníaco de Hitler (en caso de haberlo).
  Pero, ¿qué le faltaba? ¿Cuál era su hándicap decisivo, e infernal en sus efectos? Aquí nos servirá un ejemplo extraído de la biología experimental.
  Hace años leí algo de un experimento que se hizo con peces de cardumen, esos diminutos seres brillantes que nadan en bandadas de a cientos, a veces miles, y que en un instante cambian de dirección conjuntamente: nudos en una red invisible de relaciones que parece vivir y funcionar como un supraorganismo. Los investigadores llegaron a aislar el cordón nervioso que les permite hacerlo: transcurre paralelo a sus flancos. Y, con la curiosidad falta de escrúpulos propia de la ciencia, extrajeron el vital órgano de la empatía a uno de ellos, convirtiéndolo en un lisiado. El pez maltratado, incólume exteriormente, fue devuelto entonces al cardumen natal y, se convirtió en pez guía.  
  Lógicamente, pues, como no percibía señales y sus miles de compañeros nada sabían de su estado, consideraron que sus decisiones solitarias, que ya no respondían a la conocida determinación colectiva, eran ejemplares. Únicamente él, secretamente lisiado, parecía saber por dónde ir, cuál era la derecha, la izquierda, el camino hacia arriba o hacia abajo, aunque en realidad no respondía más que a un impulso ciego, autista.

*

  Sí, él era el pez amputado que ya no percibía señales correctoras, el que únicamente seguía sus impulsos más oscuros. Y el gran cardumen alemán, desorientado por la derrota de la Alemania imperial, que trataba denodadamente de adaptarse a una paz democrática sin anexiones basada en los Catorce Puntos de Wilson, experimentó acto seguido la derrota de Wilson en Versalles y la llegada de una despiadada paz impuesta, con lo que se vio inmerso en aguas ignotas, frías y desiertas. Confrontado con formas hostiles, casi mortales de crisis económicas, desorientado hasta la médula, percibe la imparable rabia con la que este autista se lanza a lo desconocido, lo considera el poste indicador de la providencia, la salida de la miseria, la promesa de un futuro aún inimaginable, pero en cualquier caso glorioso. Y los haces nerviosos de estos millones de seres se acoplan a él.     


De Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI?
Traducción de Cristina García Ohlrich 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Steinar Opstad - Los perros en Khao Lak


LOS PERROS EN KHAO LAK

26 de diciembre de 2004

Los perros olfatearon la marejada
y corrieron hacia lo alto por las laderas de la montaña
Miles de humanos murieron
pero ni un solo perro

Veinticuatro horas después vagan los perros
entre las ruinas del hotel de la playa
tan calmados como horas antes
de que la ola inundara la ciudad


Traducción de Vitza Manrique Langseth

domingo, 10 de noviembre de 2013

Tres poemas de Juan José Rodinás


LOS APRECIADOS OBJETOS O ESTA CANCIÓN HUMANISTA

Nadie me espera, ni en mí, ni en ningún lado, lo que hay
es una bola de boliche rodando escaleras arriba y,
en un ejercicio de precisión mecánica, una turba de boxeadores
especulan con el precio de mi rostro apoyado en la nieve.
¿Tan poco hemos avanzado en la vida? Tango ufológico
practicado con las metodologías de una bala
cuya autopsia hemos acompañado con nombres propios:
Wendy o Joy, las marcianas en prosa. Una práctica de nudos
tejidos con neuronas y cuyo dorso es un paramecio tranny
que vuelve siempre hacia algo que ya no existe.
Los recuerdos queman, pero sobre todo te practican
un mal corte de pelo que no te deja dormir en la noche. En rigor,
también un odio como una máquina cumbiera y logarítmica
cuya respuesta es siempre el número que no apostaste.
¿Dónde será d’ir mañana? El tiempo se vuelve la piel
de un animal oblicuo y, más que impronunciable, inútil.
¿Quién nos regresará el sol de un tiempo refregado contra la lija
de las palabras muertas, de los rostros olvidados? No existe
abrazo alguno que haga bailar reggaetón a una piedra producida,
trabajada desde el eje del miedo. Habrá que llorar si se sabe
la clave electrónica que dice: llanto que avanza del centro inmóvil
hacia las afueras de una vida como un hostal campestre. Canastas
para comer sándwiches y cocacolas del tiempo (no en el tiempo).
Los instantes se descuelgan como la melena de un clavadista que,
debajo de la piscina estoica (o del sueño), se descubre como un orfeo
traducido al húngaro e indigno de un comic neonazi
elaborado muchos siglos después (de qué, quién sabe). La verdad
es que no estar hubiese sido más exacto que tanta carrera con vallas
donde el velocista arrastra su cabeza con las manos y le pide
a los ojos que rozaban la pista mostrarle algún camino
o, al menos, recordarle que nada tiene sentido alguno.
El modelo de la tierra puede aliviar al viajero promedio,
pero los menos vivos sabemos que cualquier recorrido se explica
como una masa apachurrada luego de un pogo con tijera en mano
cuya basura nadie vendrá a retirar por ti.   


PASAPORTE: ESOS AVIONES DE GUERRA SOBRE ISLANDIA

Al mirar en su rostro pensaba: amor + nunca también es un lugar:
una aguja vista de cerca para pensar los improbables.
Entonces, algún sentido tiene ejercer presión en el lenguaje
para encontrar las cosas, para decir las cosas en un círculo,
en círculo entusiasta sobre un yate abandonado
sobre una pista de hielo, junto a árboles de diseño surtido.
Silvana escribe: te enviaré postales desde un sueño que no habría tenido,
aunque lo tuve. Adiós, galerías donde los dibujantes elaboran tu retrato
para un film de largo aliento. Adiós, maquetas de ciudades
que se habrían fabricado lejos para un nosotros que se fabrica cerca.
En cualquier caso, un sueño donde se anticipó el adiós
en forma de una pareja de hombres calvos que miraban planetas,
abrazados, en una habitación con techo transparente al cielo.
Ahora, de momento, no hay nada muerto, pero Silvana
anticipa en sus labios lo que podría suceder: el abrazo nuclear para dos
sobre el viaducto del tiempo: un hombre enamorado de otro,
llorando: las almas se fabrican de manera industrial
y lo que existe es un vacío  donde nadie sabe, ni recuerda.
Nada sucede en mí, pero ciertos animales huyen 
porque saben que algo se esparcirá en muchas direcciones 
& que —de todo esto— apenas resistirá el polen amarillo de ciertas flores.
No hay método para entender la vida con personas,
pero tampoco en objetos, ni en nada que no sean palabras,
aunque tampoco las palabras saben mucho de la vida.
Quizás hay algo que puede revelarse, entre colinas y colinas
frente a un puente que nada une y permanece allí sobre el desierto.
La llave de una muñeca rota que no existe en el mundo
—& no es del mañana— sólo se puede desarmar en un lenguaje
que no existe, pero que traga todos los lenguajes
hacia un mundo vacío donde puede extinguir el mundo acumulado
desde un globo rojo que ahora se desprende y luego brilla.


BALADA PARA UN PERDEDOR ABSOLUTO EN VERSO RELATIVO

La madrugada es un niño rodando colina abajo
en mi cabeza que rueda colina abajo & cielo arriba abajo
donde se muele mi rostro de piedra sobre mi rostro de hueso.
De hecho, no sé si pienso esto que pienso: fracasé y soplé
y coloqué mi torso sobre una cancha de sangre
donde se acumulan los órganos del hombre que ya no pude ser,
que no sabría. Sobre el plumaje de un búho en el desierto,
las mujeres que no tuve, las que anhelé en la lluvia,
recorren un hospital psiquiátrico donde disparan
contra el laberinto vertical de mi cabeza rapada a los 16 años.
Esta muerte donde las islas de viento soplan
sobre los carrizos de agua de mi rostro quemado
en un pasaje directo hacia los huesos. Sin gracia, niño gris,
hombre concreto (la versión tangible de otros, esos sí,
triunfadores y etéreos, pero también hueco, vacío,
hambre de fondo, línea de arrastre de un símbolo inundado,
concreto máquina poema hombre poema cicatriz).
Y nuevamente herida. Nadie que me elija me elegirá.
Tengo el doble de años y una niña de niebla me esconde
bajo su mano (soy quien le venda su rostro,
quien la tortura sin que ella lo sepa para así comprenderla).
El cielo esplende como la copula masiva de un enjambre
de abejorros azules + la velocidad de las células
amarradas sobre mis ojos: hay avisos de curva que no hay.
Hoy, 6 de julio de 2012, mi alma es una cabeza rapada,
un desierto de neuronas sobre una isla de caballos
cosidos contra una nube de seda. Mamá, ya olvidé
cómo se escribía mi nombre. La escuelita de mi muerte
se abrasa con demasiados rostros desconocidos,
saludos cordiales, la desesperación de un animal
por convertirse en polvo.


 De Anhedonia (Gamar Editores, 2013)

domingo, 3 de noviembre de 2013

Yves Bonnefoy - Fragmentos de Lo improbable


La verdad, antes de ser un reposo es una larga violencia. Y el discurso sin peligro es sobre todo una retórica, es decir, una mentira, defecto con mucha razón reprochado a la poesía.


La mentira del discurso es que suprime el exceso. Está ligado al concepto, que busca en la esencia de las cosas que sean estables y seguras, purificadas de la nada. El exceso es el desmoronamiento de la esencia, olvido de sí y de todo, alegría así como sufrimiento por la nada.

*

El concepto oculta la muerte. Y el discurso es mentiroso porque saca del mundo una cosa: la muerte, y así anula todo. Nada es sino por la muerte. Y nada que no se pruebe con la muerte es verdadero.
  
*

¿Qué es la presencia? Seduce como una obra de arte, es salvaje como el viento o la tierra. Es algo negro como el abismo y que sin embargo tranquiliza. Parece un espacio entre otros pero nos llama y nos contiene. Y es un instante que va a perderse mil veces, pero que tiene la gloria de un dios. Se asemeja a la muerte…

*

Stéphane Mallarmé demostró el fracaso del antiguo movimiento de esperanza. Ya no podemos desconocer que no se puede escapar por el habla a la nada que devora las cosas después del Golpe de dados que ha celebrado lo irremediable.  

*

Una “teología” negativa. La única universalidad que le reconozco a la poesía.


De Lo improbable
Traducción de Silvio Mattoni

miércoles, 16 de octubre de 2013

Eduardo Padilla - Delta

DELTA

El domingo bajamos hasta el delta
con la idea de asistir a un matrimonio arreglado
entre dos antípodas.
Compraríamos víveres,
venderíamos pieles,
pasearíamos por la plaza a la hora desierta
y ajustaríamos el reloj de mi padre
con el reloj de la iglesia.

En algún punto del río llegamos a un remanso.
Un pato azulón nadaba junto al bote
con la magia particular de los patos,
esa forma de andar fácil sobre el agua.

“Qué pato tan guapo”, decía Sarah, mi hija,
mientras yo miraba absorto la estela
y asentía mansamente.
Años después Sarah me escribe para contarme
del fenómeno de la necrofilia homosexual
en el Anas Platyrhynchos.
“Uno de cada diez patos azulones es marica, y una lo entiende,
pues si te fijas, las hembras del ánade real son aburridas e insípidas,
su color es marrón, sin ese collarín blanco tan dandy que tienen los machos,
sin esa cabeza azul de ensueño. Leí también
que el pato azulón a veces coge por la fuerza, que de hecho
la violación es común y frecuente,
y que muchos de los estupros se dan en el aire
(me voy a hacer un tatuaje que diga
The canard may give a flying fuck, but I don’t).
En Holanda un hombre de ciencia
estaba ocupado escribiendo un ensayo
cuando dos patos azulones chocaron contra su ventana.
Los dos eran machos.
Al salir a observarlos el hombre dedujo que uno de los patos buscaba amor
al momento del choque,
mientras que el otro le huía;
ahora uno de ellos estaba muerto
mientras que el otro le picoteaba la cabeza.
Al comprobar que el otro estaba inmóvil y pasivo,
como los muertos bien suelen estarlo,
el pato activo montó el cadáver con gran energía,
soltando graznidos a metralla,
y desplegó su plumaje con pompa solar
como si estuviese posando para una insignia
o para la contracara de una moneda.”

El pato azulón nos acompañó hasta que el río dio un nuevo giro,
y las aguas retomaron su vivo pulso.
Sarah y yo bromeamos sobre la cola metronómica del pato
y observamos su estela disolverse en la nebulosidad del bosque.
A media tarde llegamos a las orillas del pueblo,
donde el violeta de las flores
y el rojo de los ladrillos
anunciaban la mundana muerte y resurrección
de todas las cosas.

De Blitz (filodecaballos, 2013)

sábado, 5 de octubre de 2013

Cuatro poemas de Alda Merini


 HUIDA DE LOBA

A quien me pregunta
cuántos amores he tenido
le respondo que mire
en los bosques para ver
en cuántas trampas ha quedado
mi pelo.


Traducción de Delfina Muschietti


NUESTRO TRIUNFO

El pie de la locura
está manchado de azul.
Con él hemos emigrado
por montes de ascensión;
el pie de la locura
nada tiene de divino
pero la mente nos lleva
por las pendientes blancas
donde llora la nieve,
            medra el saúco
            gime el cordero.
Hemos cruzado puentes,
examinado reglas,
y cuando la oscura sombra
del delirio gravitaba
en la profunda nuca,
inclinábamos la cabeza
como ante una ley;
y hemos promulgado
la ley mosaica
desactivando minas
en altiplanos prohibidos.
Nuestro triunfo
baja de las montañas
como enorme cascada,
y nos hemos quedado
igual a aquellos ángeles
a quienes en un día de aurora
les brotaron alas.


ASEO

El triste aseo en la mañana,
cuerpos decepcionados,
carnes decepcionantes;
el negro hedor de las cosas infames
en torno al lavabo.
Oh ese temblor de carnes obscenas
ese oscuro frío
y la caída inhumana
de una enferma en el suelo.
Atolladero que la estratósfera
nunca conocerá, esta infamia
de cuerpos desnudos que arden
bajo la luz atávica del hombre.


Acaso es preciso que nos pique
            una abeja venenosa
            para enviar mensajes
            y rogar a las piedras
            que te iluminen.
            Por ello he bajado
            a los jardines del manicomio,
            por ello entraba en la noche
            a los recintos vedados
a robarme todas las rosas,
y luego…
antes de morir en mi día
o en mi noche, larga noche
de soledad ausente,
oh devastados jardines
donde sola vivía
porque luego estaría
aún muerta de horror;
pero en la noche, oh la noche
en los jardines del manicomio
donde a veces hice el amor,
en una gruta horrenda,
con un desesperado como yo.


Traducciones de Guillermo Fernández

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Espinas Everywhere

Algunos poemas pueden ser french poodles, pollitos de colores, caballos pequeños. Siempre que se me acercan, huyo sin pensarlo—soy alérgico al pelo y a las plumas. Disfruto más del encuentro con bichos de sangre fría y dientes afilados. Claro, hay poemas que pueden ser pirañas.

Ese tipo de criaturas podemos encontrar en la obra del polaco Tadeusz Różewicz (Radomsko, 1921), perteneciente a la generación de Zbigniew Herbert y Wislawa Szymborska y, al igual que ellos, uno de los grandes poetas del siglo pasado.

Si algo caracteriza a la obra temprana de Różewicz es la contundencia; sus poemas son ácidos y despojados de florituras. En ellos el misticismo es abolido. Comparado con Miłosz o Herbert, es un poeta más pesimista y menos propenso a tonos elevados y a delicadezas. Lo suyo son los ganchos de izquierda. Si la esperanza cabe en sus poemas es sólo a manera de hueco. Uno gigantesco.
          
***

Aún recuerdo con claridad mi primer contacto con la obra de Różewicz; fue una tarde de domingo en la que caminaba hambriento por las calles del centro de Guadalajara. Tenía poco dinero en el bolsillo pero el apetito de un puma, así que entré a un restaurante de comida china y pedí el buffet. Sin dejo de vergüenza hice una pequeña montaña de rollitos grasientos, camarones capeados, aros de cebolla y trozos de carne. Decidí dejar el lugar en la cima a una especie de aceituna de color rojizo que atrapé en un guisado de pollo con verduras. Luego de acabar con la montaña fue el turno de la aceituna, que tenía una consistencia rara. Por más que la masticaba no se deshacía, y cuando por fin me había decidido a escupirla comenzó a moverse en mi boca. Antes de que pudiera llenarme de asco o de pavor sentí un pinchazo en la lengua; dos segundos después todo era tranquilidad. Había una especie de molusco en mi boca y no me importaba. Mi nuevo amigo se acomodó cerca de una de mis muelas y se comunicó conmigo por primera vez. “Sal sin pagar y ve a la librería que está a veinte pasos de aquí”. Lo hice. Una vez ahí, me dijo, “toma el libro gris que está en ese anaquel”. El libro era Inquietud, de Różewicz.

***

Uno de los poemas más impactantes que he leído se encuentra en Inquietud. “Espina” es un rodillazo, una gran cornamenta, un arpón lanzado con fuerza. Desde el principio se aferra con sus minúsculos pero filosos dientecillos a alguna de nuestras partes más delicadas. Luego se sacude.


pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia
pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte [i]


La imagen del pequeño dios sangrante, cual feto destrozado sobre una sábana parece sacada de una película de (el viejo) David Cronenberg. La siguiente estrofa es puro stoner rock; la espina que nos desgarra no dejará de hacerlo nunca. Tadeusz es un monstruo.
Aún tengo la pequeña marca que me dejó la mordedura del poema.

***

“La poesía no es si no es peligrosa”, dice Bonnefoy. Al menos la poesía más potente suele serlo. A veces es como caminar por una ciudad fea y sucia, pero que a pesar de todo resulta encantadora. Mis poemas preferidos siempre son lugares inhóspitos. No todos estarían de acuerdo con Bonnefoy; algunas personas pueden pensar aún la poesía como una de las últimas fortalezas de la creencia y la fe religiosas, o acaso de la armonía y la reconciliación con el Todo. Seguro, la poesía puede ser eso, pero también un chiquero o una sala de torturas. Debo decir que a nivel personal siempre me he sentido carente de luminosidad. La espiritualidad entendida como cierta conexión con algo sagrado o divino me ha sido vedada (algunos horizontes están clausurados con cintas amarillas). Al toparme con aquellos “seres de luz” me parece que contemplo un reality show aburrido en el que algunos tipos mendigan a lo largo y ancho de una zona de pruebas nucleares abandonada, a pesar de que nadie —fuera de ellos mismos— ha pisado dichos terrenos en mucho tiempo.

***

Aunque parezca extraño, un gran cariño me une a la obra de poetas como San Juan de la Cruz y Héctor Viel Temperley. No es algo gratuito: la fuerza, el ritmo y la concentración lírica de sus poemas son casi insuperables. Pero aquí me detengo, no era de eso de lo que quería escribir, sino de una sensación que siempre me recorre al volver a sus libros: pena. Siento pena por esas hermosas celebraciones extáticas  y por las cuasiplegarias arrojadas a la pasarela de la nada. Lo mismo me ocurre ante los rezos; hay algo de tragicomedia en el vacío que se abre cada vez que una oración es pronunciada. La potencia y la belleza que surgen de ellas están directamente ligadas a su fracaso.

***

Slavoj Žižek escribe en El acoso de las fantasías (o tal vez Lacan a través del esloveno) que no podemos obviar el goce que se produce a partir de la creencia, goce-residuo que surge gracias a algo probablemente inexistente, pero que juega su papel en el tejido de la realidad. En este sentido, los dioses se muestran más capaces que las drogas, que necesitan forzosamente de la materialidad para proveer de bienestar al “devoto”. También son más baratos.

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Analizar un poema no es sino desenfocarlo, escribe Brodsky. Tiene razón. Somos acróbatas de las proyecciones y las distorsiones. Różewicz se burlaría de cómo me apropié de su poema para descargar mis frustraciones.

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“No creo desde que abro los ojos/ hasta cerrarlos”. Este par de versos en apariencia tan sencillos son una postura ante el mundo, un saberse desenraizado y reducido a la acritud de la materia que se descompone; a su breve belleza e insignificancia. Todo eco que pueda ser escuchado, es humano. “Espina” es lo contrario a una plegaria, aunque paradójicamente también sea un canto a la nada y sobre la nada. 

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No hay ventajas, creyentes y no creyentes actuamos el mismo bodrio de escaso presupuesto —el pastel de lo absurdo alcanza para todos—; no obstante, creo que hay un heroísmo contrahecho en rechazar todo consuelo y en guiñarle un ojo al “sentimiento trágico de la vida”. Las espinas glaseadas son para los debiluchos.



Tomado de http://www.transtierros.com

[i]Versión de Krystyna Rodowska