La verdad, antes de ser un reposo es una larga violencia. Y el discurso sin peligro es sobre todo una retórica, es decir, una mentira, defecto con mucha razón reprochado a la poesía.
La mentira del discurso es que suprime el exceso. Está
ligado al concepto, que busca en la esencia de las cosas que sean estables y
seguras, purificadas de la nada. El exceso es el desmoronamiento de la esencia,
olvido de sí y de todo, alegría así como sufrimiento por la nada.
El concepto oculta la muerte. Y el discurso es mentiroso
porque saca del mundo una cosa: la muerte, y así anula todo. Nada es sino por
la muerte. Y nada que no se pruebe con la muerte es verdadero.
*
¿Qué es la presencia? Seduce como una obra de arte, es salvaje
como el viento o la tierra. Es algo negro como el abismo y que sin embargo
tranquiliza. Parece un espacio entre otros pero nos llama y nos contiene. Y es
un instante que va a perderse mil veces, pero que tiene la gloria de un dios.
Se asemeja a la muerte…
Stéphane Mallarmé demostró el fracaso del antiguo movimiento
de esperanza. Ya no podemos desconocer que no se puede escapar por el habla a
la nada que devora las cosas después del Golpe
de dados que ha celebrado lo irremediable.
Una “teología” negativa. La única universalidad que le
reconozco a la poesía.
De Lo improbable
De Lo improbable
Traducción de Silvio Mattoni
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