lunes, 27 de enero de 2014

Diana Garza Islas - Rorschach



RORSCHACH*

Dos changos con alas defecan sosteniendo a una bailarina con el cráneo escindido. Su falda transparenta muslos de los años cincuenta, torneados. Las manos están sobre la cabecita cortada; no tiene pies. Uno de los changos, el de la izquierda, no lleva la quijada definida. La mujer tiene el vientre agujereado.

Dos hombres polacos de caricatura chocan las palmas. Sus piernas y sus cabezas son rojas para acentuar que su cabeza es como un calcetín. Sus ojos son similares a sus bocas, casi sonriendo en la organización de un falso crimen. Pacto de vísceras transparentan.

Dos mujeres calvas con nariz respingona, ojos de extraterrestre y senos prominentemente ovalados. La separación entre tronco y cadera mediante una rodilla y zapatos de tacón que sostienen dos jardineras regando o dos anfibios. A los lados, placentas con fetos o fantasmas que ordenan ¡a callar! con su índice, y un moño, evidentemente rojo, a la altura de los cuellos.

Nada. O un monstruo con el rostro semi-escondido con un ojo más visible y algo que le escinde el cráneo. (Puede ser una vagina.) Se le ven bigotes y tenazas de cucaracha, zapatos de turco con tacón de aguja y algo irreconocible entre las piernas. O es un monstruo difuso que las separa y en la base otro monstruo o dos, que sostienen al primero.

Una mariposa camina con pies derretidamente combos arrastrando las alas. Lleva grandes antenas de espaldas a mí; se dirige a la derecha. Su expresión es o de ir al horizonte o de cierto abatimiento.

Un insecto extraterrestre, flaco, con cuatro brazos y otros dos más chicos, la parte baja irreconocible. Esta parte puede ser también dos submarinos con cara de pez bigotudo. Lleva un chal transparente en los brazos y una expresión de perversidad o de enojo o de deseo o de matar.

Tres piernas abiertas y un clítoris con candado. También pueden ser dos perfiles de mujeres lacias con manos hacia atrás.

Dos tlacuaches escalan un monte. En la base, dos cerdos tristes y un diablo juguetón o un extraterrestre muy delgado con saco y camisa elegantes. Un murciélago verde con cara de otra cosa, larga, y encima una gran rana u oso hormiguero que los absorbe a todos, ayudado por los tlacuaches. Esto también puede significar que la rana se asume hacia el cielo.

Una bandada de cerdos-sicarios. Dos sicarios-mujeres con peinado africano y dos sicarios Ku-Klux-Klan del futuro tocándose los dedos índices.

De arriba a abajo: dos hombres con sombrero demacrado-lúdicos bailan en estilo trofónico. Dos insectos los abanican cabalgando en otros dos insectos. Dos sirenas marsupiales beben un slurpee interconectado o tocan la gaita dando a luz fetos de luz o peces ámbar. Hay un conjunto ornamental amarillo-ocre o algo que no se dilucida pero tiene un fragmento de raíz. En el centro algo conecta los cerebros de las sirenas.


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* Resultado de una prueba realizada en conjunto a manera de chat. Para el paralelo ir a:  “El despertar de las creaturas  del espejo capullo”.


De Caja negra que se llame como a mí (inédito)



jueves, 23 de enero de 2014

John Cage - Fragmentos de Indeterminación


33

Cuando
                             a Sri Ramakrishna
                       
                        se le preguntó

      por qué,
 
    si              Dios          es        bueno,

                               existe       el        mal
          en               el        mundo,



                             él respondió:





                                          "Para
 hacer    más    densa


                                  la          trama ".



146

Mientras        Meister        Eckhart
vivía,                                            se hicieron
       varios         intentos          para
excomulgarlo.

                (Había       dicho,
                 en         sus       sermones,
                                 cosas        tales
como                         “Querido       Dios,
                                        te      ruego
  que      me        liberes     de         Dios.”)

           Ninguno         de     los      juicios
  en su     contra       fue      exitoso,
                                  ya      que
en cada     ocasión                    se    defendió
         brillantemente.

                              Sin embargo,      después
   de su       muerte,
       el        ataque   continuó.

 Mudo,                                           Meister
    Eckhart          fue            excomulgado.



25

Una señora esquimal que no hablaba ni entendía una
palabra de inglés una vez recibió
un pasaje gratis a los Estados Unidos y 500 $
por acompañar a un cadáver que enviaban
de vuelta para el entierro. Ella aceptó.
Cuando llegó se dio cuenta de que
las personas que entraban a la estación dejaban
la ciudad y nunca más los volvía a ver. Aparentemente,
viajaban a otro lugar. Descubrió también que
antes de salir se acercaban a la boletería, decían
algo y conseguían un boleto. Ella
se paró en la fi la, escuchando atentamente lo que la persona
delante de ella decía,
repitió lo que esa persona dijo, y viajó a donde
esa persona viajó. Así recorrió el país
de una ciudad a otra. Después de
un tiempo, cuando empezó a quedarse sin dinero, decidió
quedarse en la próxima ciudad, encontrar
trabajo, y vivir ahí el resto de su vida.
Pero decidió hacerlo en un pueblito
de Wisconsin del que nadie salió
ese día. Sin embargo, de tanto viajar
había aprendido un poco de inglés. Así que fi nalmente
fue a la boletería y le preguntó al hombre que estaba ahí
“¿Dónde iría usted si se tuviera que ir?” Ella sigue
viviendo en ese pueblito de Ohio que él nombró.



82

Mi    abuela             era   a veces   muy
   sorda               y   en   otros   momentos,
                     particularmente   cuando   alguien
estaba     hablando      de     ella,
   no    era    sorda para    nada.
      Un     domingo             estaba  sentada
    en    la    sala    justo
frente    a    la    radio.
      Estaba    escuchando    un sermón           tan
   alto    que      podía    escucharse
   a  cuadras  a la  redonda.
Y    sin embargo    estaba    profundamente    dormida
  y    roncaba.
  Entré    en la sala    en    puntas    de pie,
        esperando
  tomar  un    manuscrito    que    estaba    sobre
 el    piano    y    salir    de    nuevo
 sin    despertarla.
             Casi    lo    consigo.
                      Pero   cuando    llegué
a    la    puerta,                           la
radio    se    apagó                 y
mi abuela    de pronto    dijo:
          “¿John,     estas    listo    para
la    segunda    venida    del    Señor?”


De Indeterminación (Zindo & Gafuri, 2013)
Selección y traducción de Patricio Grinberg


Bonus (mediafire):





miércoles, 15 de enero de 2014

Cuatro poemas de Charles Simic


   En un bosque de signos de interrogación tú no eras mayor que un asterisco.
   ¡Oh estación de brumas! Alguien hizo sonar el cuerno de caza.
   El diccionario dijo que eras un signo que denotaba una omisión; luego, de pronto, cambiaba de tema y hablaba de “asterismos”, que supuestamente tienen que ver con cristales donde aparece una figura luminosa en forma de estrella.
   No te creíste ni una palabra. Los signos de interrogación tenían corazones de San Valentín tallados en sus troncos para que no alzaras la vista y advirtieras las sogas.
   Sogas grasientas con lazos del tamaño de un niño.

*

   Todo es predecible. Todo ha sido ya predicho. Lo predestinado no se puede evitar. Incluida esta patata hervida. Este tenedor. Este trozo de pan negro. También este pensamiento…
   Mi abuela, que barre la acera, lo sabe. Dice que no hay dios, sólo un ojo aquí y allá que ve con claridad. Los vecinos están demasiado ocupados viendo la televisión como para quemarla por bruja.

*

   ¿Son los caníbales rusos peores que los ingleses? Por supuesto. Los ingleses comen sólo los pies, los rusos el alma. “El alma es un espejismo”, le dije a Anna Alexandrovna, pero siguió comiéndose la mía de todos modos.
   “¿Como un exquisito pato confitado o como una brillante almeja en salmuera?”, pregunté. Pero ella se limitó a frotarse el vientre y a sonreírme desde el otro lado de la mesa.

*

   El muerto desciende del cadalso. Lleva su cabeza ensangrentada bajo el brazo.
   Los manzanos están en flor. El muerto se dirige a la taberna del pueblo a la vista de todo el mundo. Allí toma asiento en un rincón y pide dos cervezas, una para él y otra para su cabeza. Mi madre se limpia las manos en el delantal y le sirve.
   Qué tranquilo es el mundo. Uno puede oír el viejo río, que en su confusión a veces se olvida y fluye hacia atrás


De El mundo no se acaba (Vaso Roto, 2013)
Traducción de Jordi Doce.  

viernes, 10 de enero de 2014

Pavese - Fragmentos


Para poseer algo o a alguien, es preciso no abandonarse a él, no perder la cabeza, en suma, seguir siendo superior. Pero es ley de vida que se goza sólo aquello a lo que nos abandonamos.

*

La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante. Cuando falta esta sensación —prisión, enfermedad, hábito, estupidez— uno quisiera morir.

*

Conozco a un necio que se negó a aprender en su juventud las reglas del juego, perdido en pos de quimeras, y ahora las quimeras se esfuman y el juego lo tritura.

*

Prueba a hacer el bien a alguien. Al poco tiempo verás cómo odias esa cara compungida y radiante.

*

Lo trágico de la vida es que bien y mal son la misma materia de acción —deseo—, sólo que coloreada de modos opuestos. Pero como colores vistos de noche, que sólo se distinguen por prejuicio o por instinto, nunca por clara conciencia.

*

El arte de vivir es el arte de saber creer en las mentiras.

*

No es nada ridículo o absurdo quien, pensando en matarse, le fastidia o atemoriza caer bajo un automóvil o pillar una enfermedad. Aparte la cuestión del mayor o menor dolor, queda siempre en pie que querer matarse es desear que la propia muerte tenga un significado, sea una suprema elección, un acto inconfundible. Por eso es natural que el suicida no tolere el pensamiento de caer por azar bajo un vehículo o reventar de pulmonía o cualquier otra cosa igualmente insensata (meaningless). Con que, ojo con los cruces y las corrientes de aire.

*

Observo que el dolor embrutece, atonta, aplasta. Cada tentáculo con el cual antaño sentía, probaba y rozaba el mundo, está como truncado y gangrenado en el muñón. Paso los días como quien ha golpeado una arista con la rótula interna de la rodilla: todo el día como ese instante intolerable. El dolor está en el pecho, que me parece hundido y todavía ávido, pulsante de sangre que escapa y no regresa, como de una enorme herida.

*

Puesto que Dios podía crear una libertad que no permitiese el mal (cfr. el estado de los bienaventurados libres y seguros de no pecar), se deduce que el mal lo ha querido él. Pero el mal lo ofende. Se trata, pues, de un severo caso de masoquismo.

*

Tan estúpido que para encontrar una meta para su vida ha tenido que hacer un hijo.

*

A medida que pasan los años, en el rostro de cada cual va dibujándose cada vez mejor la calavera.

*

La eterna falsedad de la poesía estriba en que sus hechos ocurren en un tiempo distinto del real.

*

La religión consiste en creer que todo lo que nos ocurre es extraordinariamente importante. Nunca 
podrá desaparecer del mundo, por esa misma razón.

*

Al leer no buscamos ideas nuevas, sino pensamientos ya pensados por nosotros, que adquieren en la página un sello de confirmación. Nos impresionan las palabras de los otros que resuenan en una zona ya nuestra —y que ya vivimos— y que al hacerla vibrar nos permiten apresar nuevos atisbos en nuestro interior.

*

Todo artista trata de desmontar el mecanismo de su técnica para ver cómo está hecha y servirse de ella, llegado el caso, en frío. Sin embargo, una obra de arte se logra solamente cuando para el artista tiene algo de misterioso. Natural: la historia de un artista es la sucesiva superación de la técnica usada en la obra precedente, mediante una creación que supone una ley estética más compleja. La autocrítica es un medio de superarse a sí mismo. El artista que no analiza y no destruye continuamente su técnica es un pobrecillo.

*

El amor es la más barata de las religiones.

*

La poesía no es un sentido sino un estado, no un comprender sino un ser.

*

Uno no se mata por amor a una mujer. Nos matamos porque un amor, cualquier amor, nos revela en nuestra desnudez, miseria, inermidad, nada.


De El oficio de vivir
Traducción de Esther Benítez