viernes, 11 de septiembre de 2015

Dos poemas de Olga Novo


AUTOPOÉTICA

Intrapoética

 Poesía para vivir. No para ser alguien. Poesía para ser. Ser poeta es no haber decidido serlo. Escribir es no poder no escribir. Como un acto fisiológico. Poesía como tener hambre. Natural como toda secreción. Cántico corporal. Trallazo de algún sitio. Incógnita que se manifiesta. Instinto que se resuelve. Resolución espasmódica. De dentro hacia fuera. Una memoria que pide ser canalizada. Tambor que se toca por dentro de la piel. Lluvia que se llueve a sí misma. Rotación del caos. Terminaciones nerviosas del Placer. Castro de la inmensidad. Inteligencia introspectiva. Acto de amor.
De la poesía no puede esperarse nada. La poesía no se extorsiona. Ella se contorsiona. El acto de la escritura no se provoca: es él quien provoca. Y lo que él revela, rebela siempre. Se entrega por nada. Se da. Se deja comer. Se abandona.
Apátrida. Viva en exilio permanente. En disolución. Desintegrada. Remota en el centro del mundo. Central en la periferia. Nunca casual y siempre cáustica. Verdad que sólo aspira a ser verdad. Pobre de solemnidad. Bestia descomunal. Niña furiosa. Método inductivo. Piojosa. Criminal sincera.
No se producen poemas: se supuran. No creo pensamiento alrededor de mi propia supuración: no tengo autopoética. Ni quiero tenerla. No sé qué dice cuando digo. Sólo percibo oscuramente su murmullo impredecible: la mía es tal vez no una autopoética sino una intrapoética. Escucho su ecuación como una bomba.
Que nadie se engañe: la poesía es una ciencia exacta. Llena de goma y amor.



La idea de la belleza/ JODER


Fuera.
Fuera tribu.
Y si bailaras conmigo
habrías de comer el saber
crudo
la impalabra de mi carácter montañés
bárbaro
y buitral
habrías de beber la orina bendita por belce

come

come
tú.
La foránea llevo en una lengua anticrista una flor una flor una flor
tan abierta
que piensa 
…si bailaras conmigo
hasta partirme el espinazo y hacer dos de mí
mi bien
si me vieras bien 
ven
y baila conmigo.

He vivido con la boca seca como el desierto de Dakar
hasta tocar
la punta infinitesimal de mi meada
marqués
marqués de la nada
solo señor de mi vagina noche inmensa papila gustativa del mundo
vulva perforadísima
botón de la tierra
antiley de la gravitación universal.

El centro de la tierra no atrae mis palabras
te las doy de comer en tu ansia coprófila
esta excrementación silábica esta apalabración
que me inflama los intestinos
llenos de amor 
y mierda.

La idea de la belleza
cruzando el cielo hacia el sur
en la migración de las aves
describe la curva depravada
el grado más alto
de poesía pura
cayendo como el sudor por tus poros
abiertos que son
agujeros negros
y una cosa preciosa de la astrofísica.

La idea de la belleza migra en tu saliva
esa sustancia que rompe la barrera del sonido
sobre mí
podemos
Joder
hasta romper a palos el espíritu de Dios
podemos
Joder hasta sentir el culo de la noche
donde nadie ha visto las patas de una garza
anunciar la luz del día
Joder
hasta arrasar las cordilleras de la miseria
podemos
Joder
hasta caer
sentir el crac del cromosoma del poder
podemos
Joder hasta tocar nuestra soledad con tu prepucio solo
Joder
nos
hasta el final
hasta ver la muerte curvándose en la última postura del placer
Joder
hasta
Joder
y ya no ser
más
que la sombra de una dimensión jodiendo a cuatro patas
en el borde del universo
tú y yo
Jodiendo de rodillas
en la noche estrellada de la mente de Platón
pensando 
quizás
en la idea de la belleza.


De Veinte puntos de fuga. Poesía gallega contemporánea (El perro y la rana, 2011)

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