jueves, 7 de septiembre de 2017

Billy Collins - Pureza


Mi momento favorito para escribir es a última hora de la tarde
los días laborables, particularmente los miércoles.
Así es como lo hago:
llevo una tetera con té recién hecho al estudio y cierro la puerta.
Luego me quito la ropa y la dejo en un montón,
como si me hubiera muerto derretido y mi único legado consistiera
en una camisa blanca, un par de pantalones y una tetera de té frío.

Después me quito la carne y la cuelgo en una silla.
La despego de los huesos como una prenda de seda.
Lo hago para que todo cuanto escriba sea puro,
despojado por completo de lo carnal,
incontaminado por las preocupaciones del cuerpo.

Por último, me saco todos los órganos y los coloco
en una mesita junto a la ventana.
No quiero oír sus ritmos inveterados
cuando intente encontrar mi propio redoble.

Me siento, por fin, al escritorio, listo para empezar.
Soy enteramente puro: un esqueleto y una máquina de escribir.

Debo mencionar que, a veces, me dejo el pene puesto.
Me resulta difícil evitar la tentación.
Entonces soy un esqueleto con pene y una máquina de escribir.

En esas condiciones escribo extraordinarios poemas de amor,
la mayoría de los cuales explotan la conexión entre el sexo y la muerte.

Soy la concentración misma: existo en un universo
en el que no hay sino sexo, muerte y mecanografía.

Después de un rato, me quito también el pene,
y ya sólo soy un cráneo y un montón de huesos que escriben a máquina por la tarde.
Lo absolutamente esencial, nada más: sin florituras.
Y escribo sólo sobre la muerte, el más clásico de los temas,
con un lenguaje ligero que me corre por las costillas.

Más tarde, cuando se pone el Sol, me gratifico con un paseo en coche.
Me recoloco los órganos y me meto de nuevo en la carne
y en la ropa. Saco el coche del garaje,
acelero por carreteras sinuosas que atraviesan bosques,
y paso junto a muros de piedra, granjas y estanques helados,
todos perfectamente dispuestos, como las palabras de un soneto famoso.


De Navegando a solas por la habitación (DVD ediciones, 2007)
Traducción de Eduardo Moga