miércoles, 22 de junio de 2022

Tres poemas de Manoel de Barros

 


SOBRE CHATARRAS


Esto porque fuimos criados en un lugar donde no había

juguetes fabricados. Esto porque teníamos que

fabricar nuestros juguetes: eran vaquitas de hueso,

pelotas de media, automóviles de lata. También

hacíamos de cuenta que un sapo es una vaca ensillada y andábamos en sapo.

Otra era oír en los caracoles los orígenes del mundo.

Me sorprendí mucho cuando, más tarde, tuve que vivir

en la ciudad. En la ciudad, un día, le conté a mi mamá

que había visto en la Plaza a un hombre montado en un caballo de

piedra mostrando un cuchillo largo en lo alto. Mi

mamá me corrigió que no era un cuchillo, era una espada.

Y que el hombre era un héroe de nuestra historia. Claro

que yo no tenía educación de ciudad para saber que

un héroe era un hombre sentado en un caballo de piedra.

Ellos eran personas antiguas de la historia que algún día

defendieron nuestra Patria. Para mí aquellos hombres

encima de la piedra eran chatarra. Serían chatarra de la historia.

Porque me parecía que una vez en el viento, esos

hombres serían como trastos, como cualquier pedazo

de camisa en el viento. Yo me acordaba de los espantapájaros

vestidos con mis camisas. El mundo era una

cosa complicada para un chico que había venido del campo.

No vi nada más lindo en la ciudad que

un pajarito. Vi que todo lo que el hombre fabrica

se convierte en chatarra: bicicleta, avión, automóvil. Sólo lo que no

se convierte en chatarra es ave, árbol, rana, piedra. Hasta una nave espacial

se convierte en chatarra. Ahora pienso que una garza del pantano

es más linda que una nave espacial. Pido disculpas

por cometer esa verdad.



CEPILLO

 

Yo tenía ganas de hacer como los dos hombres que

vi sentados en la tierra cepillando hueso. Al principio creí

que aquellos hombres no estaban bien. Porque se la pasaban

sentados en el suelo todo el día cepillando hueso. Después

aprendí que aquellos hombres eran arqueólogos. Y que

hacían el servicio de cepillar hueso por amor. Y que

querían encontrar en los huesos vestigios de antiguas

civilizaciones que estarían enterradas por siglos

en aquel suelo. Entonces pensé en cepillar palabras. Porque

había leído en algún lugar que las palabras eran

caparazones de clamores antiguos. Yo quería ir detrás de los

clamores antiguos que estaban guardados dentro de las

palabras. Yo sabía también que las palabras poseen

en su cuerpo muchas oralidades remontadas y muchas

significancias remontadas. Quería pues cepillar las

palabras para escuchar la primera mueca de cada una,

Para escuchar los primeros sonidos, aunque todavía

bígrafos. Empecé a hacer eso sentado en mi

escritorio. Pasaba horas enteras, días enteros

dentro de mi cuarto, encerrado, cepillando palabras.

Entonces mis amigos preguntaron, ¿qué hacía todo el día

encerrado en aquel cuarto? Les respondí, medio

entresoñado, que estaba cepillando palabras.

Les pareció que yo no estaba bien. Entonces tiré

el cepillo afuera.

 


CORUMBÁ REVISITADA

 

La ciudad todavía no se despertó. El silencio del lado de

afuera es más espeso. Doblados sobre la oscuridad

duermen los girasoles. Estoy andando sin rumbo como

moscas sin tino- El sol viene todavía apoyado en una bandada

de golondrinas. Busco un sendero de cabras que

antes me llevaba a un pueblo de pescadores. Bajo

por el sendero. Me deslizo por las piedras todavía

mojadas de rocío. Pasa por mí una brisa con alas de

 garzas. Las garzas están por bajas a las orillas del río.

El río está bufando de lleno. Hay monos todavía en los

árboles ribereños. Después los monos subirán a los

árboles de la ciudad. El río está estirado de ranas hasta las

rodillas. Llego al puerto de los pescadores. Hay canoas

amarradas y mujeres destripando pescados. Al lado los

chicos juegan a las zancadillas. Todavía no desapareció

el rocío de las piedras. Barcazas de venta ambulante se balancean

en las aguas del río. Busco mis vestigios en estas arenas.

Yo recibía los pétalos de sol justo en mí. Quería conocer

El sueño de aquellas garzas a la orilla del río. Pero no fue

posible. Ahora no quiero saber más nada, solamente quiero

perfeccionar lo que no sé.

 


De Memorias inventadas (Griselda García Editora, 2021)                           ´                            Traducción de José Ioskyn

 

jueves, 2 de junio de 2022

Cuatro poemas de Susana Thénon

 


VERGÜENZA DE LAS PALABRAS

 

A veces me avergüenzo de las palabras

 

y querría ser una cuchara, un reloj,

un taburete, un hilito,

un objeto humilde y mudo

al que se toma y quiere sin saberlo.

 

Una presencia pura y muy callada

como algunos rincones,

una fiel quietud

eternamente cercana.

 

Un pan querría ser yo,

mordisqueado con ganas en un baldío.

 

 

 


son las garúas tan

pero tan

sensatas

que

nada las diferencia

de las maestras              de las milanesas

 

y si las maestras llovieran

y si las milanesas silabearan

y las garúas con puré marcharan

                                               ¿qué pasaría?

 

cabalmente lo mismo

es decir

nada

 

 


 

INFORME DESDE MEHNOP

 

hace poco

muy poco

los habitantes de la tierra

en un recreo entre guerra y guerra

nos descubrieron

y armaron un jaleo

como pocas veces se ha visto

diarios

televisión

conferencias

congresos

giras turísticas al observatorio

donde por unos groschen

que incluyen cena y baile a bordo

podían espiarnos

a través de un aparato bastante largo

cuyo nombre no recuerdo ahora mismo

pero que termina en “copio”

¿qué pasa?

ellos afirman juran que aparecimos

lo cual es solo un modo de decir

porque ya hace demasiado tiempo

que existimos

y tanto en este tiempo

que nosotros los hemos visto a ellos

aparecer

y convertirse

en lo que son

gracias a otra palabra

que tampoco recuerdo

pero termina en “greso”

algo así como “greso indefinido”

lo que ocurre es que estamos en una zona oscura

donde los copios no llegaban

pero gracias al greso indefinido

consiguieron un copio

que ve en la oscuridad

y allí nació

MEHNOP

 

éramos muy felices

bueno bastante

no conocíamos ese sonido

que termina en “icosis”

estábamos tranquilos

bueno bastante

nos llevábamos bien

relativamente

nadie peleaba

salvo un millón aislado

de veces

y la sombra era tersa

por lo general

y la vida era dulce

casi siempre

nadie moría ni nacía ni mataba

y si lo hacía

era tan solo una curiosidad

de la oficina de estadísticas

 

y ahora

hemos sido alumbrados

fisgoneados

acechados

y lo que es peor

investigados

y ordena el alcalde

que los vecinos pongan flores

en todas las ventanas

so pena de multa

porque pronto muy pronto

pisará este planeta otrora oculto

el primer ya no me acuerdo

ah sí ya lo recuerdo

adiós adiós adiós

 

adiós amado Dios

cambio y fuera

 

 



nacerás con dolor

crecerás con dolor

irás a la guardería con dolor

a Disneylandia con dolor

al cumpleaños del Quique

al análisis de sangre

al circo y pan con dolor

con temblor

con sudor

amarás con dolor

desamarás

te meterás los cuernos

te ajustarás los pernos

y te criarás los cuervos con dolor

sí señor               no señor

con dolor

preguntarás por qué

por qué por qué

no te contestaré

para qué para qué

con dolor

gozarás brincarás reventarás de risa

dormirás con dolor

ayunarás

te hartarás vomitarás

serás guardián de un hermano

serás guardián de un enano

serás guardián de tus manos

y tragarás

y parirás a la que te parió con dolor

bien tarde y con dolor

y te consolarás con dolor

mataré tu agonía

te sobrevivirás con dolor

con bastante dolor

y me iré

y te irás no sé dónde

y moriré

y volveré a encontrarte con dolor

yo sé por qué

nacerás

naceré

nacerás con dolor terror amor

 

yo sé por qué

yo sé el porqué y el para qué

 

yo sé por qué

 

bailarás mi agonía

cantaré




De Paraíso de nadie (Corregidor, 2022)