DELTA
El domingo bajamos hasta el delta
con la idea de asistir a un
matrimonio arreglado
entre dos antípodas.
Compraríamos víveres,
venderíamos pieles,
pasearíamos por la plaza a la hora
desierta
y ajustaríamos el reloj de mi padre
con el reloj de la iglesia.
En algún punto del río llegamos a
un remanso.
Un pato azulón nadaba junto al bote
con la magia particular de los
patos,
esa forma de andar fácil sobre el
agua.
“Qué pato tan guapo”, decía Sarah,
mi hija,
mientras yo miraba absorto la
estela
y asentía mansamente.
Años después Sarah me escribe para
contarme
del fenómeno de la necrofilia
homosexual
en el Anas Platyrhynchos.
“Uno de cada diez patos azulones es
marica, y una lo entiende,
pues si te fijas, las hembras del
ánade real son aburridas e insípidas,
su color es marrón, sin ese
collarín blanco tan dandy que tienen los machos,
sin esa cabeza azul de ensueño. Leí
también
que el pato azulón a veces coge por
la fuerza, que de hecho
la violación es común y frecuente,
y que muchos de los estupros se dan
en el aire
(me voy a hacer un tatuaje que diga
The
canard may give a flying fuck, but I don’t).
En Holanda un hombre de ciencia
estaba ocupado escribiendo un
ensayo
cuando dos patos azulones chocaron
contra su ventana.
Los dos eran machos.
Al salir a observarlos el hombre
dedujo que uno de los patos buscaba amor
al momento del choque,
mientras que el otro le huía;
ahora uno de ellos estaba muerto
mientras que el otro le picoteaba
la cabeza.
Al comprobar que el otro estaba
inmóvil y pasivo,
como los muertos bien suelen
estarlo,
el pato activo montó el cadáver con
gran energía,
soltando graznidos a metralla,
y desplegó su plumaje con pompa
solar
como si estuviese posando para una
insignia
o para la contracara de una
moneda.”
El pato azulón nos acompañó hasta que el río dio un nuevo giro,
El pato azulón nos acompañó hasta que el río dio un nuevo giro,
y las aguas retomaron su vivo
pulso.
Sarah y yo bromeamos sobre la cola
metronómica del pato
y observamos su estela disolverse
en la nebulosidad del bosque.
A media tarde llegamos a las
orillas del pueblo,
donde el violeta de las flores
y el rojo de los ladrillos
anunciaban la mundana muerte y resurrección
de todas las cosas.
De Blitz (filodecaballos, 2013)
de todas las cosas.
De Blitz (filodecaballos, 2013)
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