viernes, 20 de agosto de 2021

Cuatro poemas de Björn Kuhligk



LA MITAD DE LA NOCHE

 

La mitad de la noche era el sitio

que cruzábamos, en el que el corazón

era un vándalo, como si una de sus cámaras

traicionara a la otra, yacíamos, mi boca

en su cuello, escuchábamos el espacio, ruidos

nuestro doble corazón, ruidos, nuestro doble corazón

cuyos latidos se acercaban el uno al otro

cuando habíamos encontrado el sueño

y yo, el amante reseco, bajo

su lengua que aspiraba a la gracia,

en el sueño disparaba con un gran calibre

hacia una pared en el sitio que siempre era el mismo

 



CÓMO SURGE UN POEMA

 

Esperas a que caigan las ideas,

la primera imagen, estás sentado, te paras, yaces

tejes una andadera, esperas

por la ignición, por la mutación

del presente, el festival de imágenes

concebiste mundos, no tienes

interés en ser parte de un estudio

podrías explicarlo, podrías explicarlo

tampoco está mal, estás a la sombra

a la luz, no en la lluvia, junto a la magnolia

al castaño, en la dinámica cultural

en cada tontería, en la ejecución

de los gestos, qué eres, uno que siempre obedece

a su ancestral habitante interior, uno, que

se declara, cuando aclara lo que

hace, al menos una cuestión de gusto,

en su totalidad, una cuestión, que no

debe saber al sabor de cómo surge un poema:

despacio, a tropezones, a la altura de los ojos.

 



AZULCIELO

 

Este poema conoce su tema, posee una claridad

con que otros sueñan, este poema ha leído todos

los demás poemas y no debe preocuparse por ello,

pasado un siglo quedará al desnudo, pero bien

presentable, este poema ya estaba vendido

antes de ponerse a la venta, usa una flor amarilla

en lo redondo de la última letra, es el dátil

en el manzanar del vecino, este poema no requiere

dominarse, puede hacer lo que desea, ya jugó

a la ruleta africana y lo hizo al mismo tiempo

dejó limpio el parque, si orina lo hace contra el viento

azulcielo, si se lo piden, también puede

 



EL VIGOR EN LAS CÉLULAS

 

Los niños crecen y cumplen años

padre y madre cumplen años y decrecen

seguro de mi condición inmortal

contemplo cómo se transforma

mi cuerpo, cómo el vigor

en las células, lo que no logro

lo que me pierdo, lo que se pierde

formé una colección de arrugas

festejé en ferias de pueblo

rosas sobre la mesa de la cocina

la pasión por el sorbete de pera

dolores de espalda y las primeras canas

así fue, así será, el caballo

muy viejo, el jinete sigue con ganas

nunca abriré escuela alguna

de danza, qué pena, de veras qué pena

 


De El poema cruza un cuerpo y no saluda (Ediciones de Medianoche, 2021)                                  Traducción de Daniel Bencomo