LO INSIGNIFICANTE
“Qué hay más atrayente que el azul, sino una nube, en la dócil claridad?
Por esta razón prefiero cualquier teoría al silencio; y más aún un
escrito, cuando pasa por insignificante, a una página en blanco.
Es todo mi ejercicio y mi suspiro higiénico.”
EL MUÉRDAGO
El muérdago seduce:
especie de mimosa nórdica, de mimosa de las nieblas. Es una planta de agua, de
agua atmosférica.
Hojas en forma de
palas de hélice y frutos en forma de perlas viscosas.
Tapioca que se
hincha en la bruma. Engrudo de almidón. Grumos.
Vegetal anfibio.
Algas que flotan a
la altura de los chalés de bruma, de las estelas de niebla.
Despojos que quedan
enganchados a las ramas de los árboles, en el estiaje de las nieblas de
diciembre.
EL APARATO TELEFÓNICO
Un crustáceo que zumba alegremente es descolgado de su pedestal portátil
con suela de fieltro y con una cola de cinco metros y de tres hilos distintos
que se enlazan entre sí sin perjudicar al sonido…, mientras una cereza metálica
vibra entre los senos de alguna sirena sentada sobre una roca…
Cada gruta sufre la invasión de una risa con arrebatos argentinos,
imperiosos y tristes, aportados por ese aparato.
EL BOMBEO LÍRICO
¡Qué poético el momento en que, de noche, aparecieron los camiones de la
limpieza en la calle! ¡Qué trastorno produce! ¡Inmejorable! Uno no sabe cómo
contenerse. Imposible disimular la emoción
Y sin nos encontramos con algún amigo, o la novia, desearíamos que nos
tragara la tierra.
Es una vergüenza tan solo comparable a la del niño cuyas poesías son
descubiertas.
¡Pero qué bello es por sí mismo! ¡Esos pesados caballos, esos pesados
coches que hacen temblar el barrio como una especie de artillería, esas gruesas
mangueras, y ese ruido profundo, y ese olor que inspirara a Berlioz, ese
trabajo intenso y algo precipitado —y esas aspiraciones confusas— y lo que uno
se imagina en el interior de las máquinas bombeadoras y de las curvas, oh
desfallecimiento!
Traducción de Diego Martínez Torrón
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