lunes, 29 de diciembre de 2014

Cinco textos de George Oppen


Obsesionados, confundidos

Por el naufragio
De lo singular

Hemos escogido el significado
De ser muchos.

*

Cincuenta años
Tiempo sideral
Juntos, y entre los otros,
Los pavimentos legados, las iluminadas calles heredadas:
Entre ellas tuvimos suerte —extrañísima palabra.

Tiempo
del planeta.
Sangre de la piedra, vida
Desde el inerte bloque de piedra. ¡Madre
Naturaleza! Ya que encontramos a los demás
Desamparados como nosotros son nuestros hermanos. Aún así

Vivimos
Y escogimos vivir

Esa fue nuestra época.

(Fragmento de “Sangre de la piedra”)

*

Lo que termina
Es eso.
            Incluso la camaradería
Se acaba.

¡Quiero saber si recuerdas
Cuando fuimos felices! Aunque todos los viajes

Terminaron sin contar, todas las embarcaciones
Hundidas.

(Fragmento de “Imagen del motor”)

*

Es factible
Usar
Palabras recibidas uno las trata
Como enemigos.
No enemigos— Fantasmas
Que han enloquecido
En los vagones del metro
Y claro en instituciones
Y financieras. Si uno las atrapa
Una por una y procede

Con cuidado se recuperan
Espero para significar
Y dar sentido.

(Fragmento de “Un lenguaje de Nueva York”)

*

LA CONSTRUCIÓN DEL RASCACIELOS

El obrero en la viga
Aprendió a no mirar al suelo, y a hacer su trabajo
Y hay palabras que aprendimos
A no mirar,
A no mirar sustancia
Debajo de ellas. Pero estamos al borde
Del vértigo.

Hay palabras que significan nada
Pero hay algo que decir.
No una declaración que es verdad
Sino una cosa
Que es. Concierne al poeta
“padecer las cosas del mundo
Y decirlas y decirse.”

Oh, el árbol, creciendo en la vereda—
Vivo apenas, echando
Pequeños brotes verdes
En medio de la cultura de las calles.
Miramos atrás
Trescientos años y vemos la tierra desnuda
Y sufrimos vértigo.


De George Oppen: poesía, ensayo y entrevistas (Ediciones Universidad Diego Portales)
Traducción de Kurt Folch

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