martes, 7 de febrero de 2017

Gonçalo M. Tavares - Fragmentos



EL PELIGRO

Claro que el Peligro es el origen de los métodos científicos más eficaces.
Si el hombre fuera inmortal aún no habría inventado la rueda, podrías decir.



EXACTITUD

Ser exacto en ciencia es equivocarse con un tono de voz más firme que los demás.
Dicho de otro modo: coges la diana con tus manos y lanzas su centro contra la punta de la flecha.
Esa es la exactitud científica.



FAMILIAR

La ciencia no camina en dirección al Misterio. Ni en dirección a lo Extraño.
La ciencia camina en dirección a lo familiar.



ANTROPOMORFISMO

Claro que la ciencia es antropomórfica.
¿Hay algo que haga la serpiente que podamos decir que no es acto de serpiente?
Todo acto del hombre es acto del hombre. (Y la ciencia es acto del Hombre.)
Es tan grande como queramos verlo, y tan pequeño como queramos verlo.
(Si tienes un espejo determinado verás, frente a él, una figura enorme, pero si cambias la posición y las características del espejo podrás ver lo pequeño que eres.
Claro que tu medida no la das tú, sino la regla. Pero fuiste tú quien inventó la regla.



EL LENGUAJE

El lenguaje utiliza a la ciencia para construir la ilusión de la Verdad, igual que el lenguaje utiliza al arte para conseguir la ilusión de una cierta Belleza.



UNA HIPÓTESIS

La alegría es un catalizador de una experiencia científica; la tristeza, un inhibidor.
La tristeza encoge; ¿cómo puede descubrir algo un hombre triste?
Sólo arriesga quien está alegre.
La tristeza es anticientífica.



EL ERROR

Yo no cometo ese tipo de errores. Cometo otro tipo de errores.
(No cometer el error en un lado es cometer el error en otro. Porque hay un equilibrio entre las cosas. Hay dos lados que tienen cosas.)
Si no has fallado busca dónde no has fallado, porque no existe el no fallar; sólo existe la mirada al sitio donde no se falla.
Mira, entonces, a otro sitio. A tu espalda.



ERRORES DE UNO O DE MUCHOS

Los errores científicos son errores de una comunidad científica.
Al error de Uno (sin seguidores) lo llamamos Arte.



POESÍA COLECTIVA

¿La poesía no es ciencia?
La poesía es ciencia individual.  
Poema colectivo y útil: eso es la teoría científica.



LA MENTIRA DE LAS COSAS (FRAGMENTO)

¿Puede la realidad de los fenómenos fingir como nosotros fingimos el miedo sin tenerlo? ¿Será que eso que llamamos verdad no es una simulación que parte de la Realidad?
¿Por qué razón atribuimos exclusivamente a los humanos la capacidad de mentir?
¿No podrá mentir un átomo? ¿No podrá mentir una sustancia química? ¿Una piedra?
Toda nuestra ciencia se basa en la presuposición de que la realidad no miente.
Es una presuposición no comprobada.
¿Y si la realidad nos miente? ¿Y si finge? ¿Si hace teatro?



INVENCIONES Y VERDAD

No hay conceptos incorrectos.
Cada concepto es una invención del lenguaje, un intento de aproximación al lenguaje de las cosas.
No hay invenciones incorrectas.
No hay invenciones falsas como no hay conceptos falsos.
Verdadero y falso no son categorías aplicables a los conceptos. Útil e inútil sí. Aceptado por muchos y aceptado por pocos sí.
Todas las invenciones son verdaderas (no lo olvides).



LO IRREPETIBLE Y LA CIENCIA

La ciencia estudia aquello que se repite. Huye de lo único o hace de lo único un soldado: como si lo irrepetible fuese sólo el detalle de algo Más Grande que, al final, se repite.
La ciencia dice: si es irrepetible, si no tiene leyes, si no es previsible, si es, por tanto, ilógico, entonces es sólo detalle. Para la ciencia, lo más importante es aquello que se repite, esto parece obvio. Sin embargo, todo niño sabe que la cantidad I convierte cualquier bien en precioso
A la ciencia, dirán algunos críticos excesivos, no le interesa el diamante, que es raro, la ciencia vive obsesionada con los escombros, que son muchos.



LA MORAL CORRECTA

Esperas la moral correcta como en la estación de trenes el amante a la amada. Pero el tren se retrasa y empiezas a ponerte nervioso. Miras el reloj una y otra vez y después el andén vacío. Y si eres muy impaciente, en poco tiempo renunciarás no al amor, sino a aquella mujer. Entonces intentarás, si es posible inmediatamente encontrar a otra compañera —quién sabe—, una de esas que, cuando está en la estación, tampoco soporta esperar ni un minuto más.
Así encontrarás, seguramente, una mujer peor, que te dejará la vida más deshecha e irreversible, pero compensa ampliamente —piensas— por la rapidez con que dejaste de estar solo.



MORAL

He ahí —porque nada tuyo ha caído podrido— que mueres contento como si hubieses nacido ya dentro de un juego y todas tus acciones pretendiesen, con delicadeza, entender primero las reglas y sólo después decidir en qué equipo se combate y cuáles son los objetivos y los movimientos posibles. Sin embargo, hay juegos complicados cuyas reglas parecen haber sido concebidas para que ningún mortal las pudiera entender.     
Se trata de jugar, insiste contigo el mundo. Pero, ¿con qué reglas?, insistes tú con el mundo. Y la respuesta siempre termina llegando en el momento o en el lugar equivocados. O, si no, en una Lengua de la que conoces dos o tres vocablos, ni siquiera los suficientes, para, a lo hora de comer en un restaurante, escoger el plato correcto.



EXPECTATIVAS

Perfeccionas de tal modo tus expectativas que cuando llegas a viejo ya no esperas nada del mundo, del hombre o de los animales.



ENFERMEDAD

No se trata de aniquilar ni de domesticar; la enfermedad llegó y tú, como hombre hospitalario, dejaste que entrara, y hasta le cediste la mejor de tus sillas. Pero la huésped no parece querer levantarse y hasta ahora no hay rastro (¿y cuántos días han pasado? ¿semanas, meses?) de algo que pudiera parecerse al principio de una cordial y educada despedida. La miras bien, al final, desde tu silla más bien incómoda y, como que mides, con lo ojos, su fuerza y ocasionalmente a sus amigos, dudando entre ser grosero, echándola a la fuerza, y aceptar las circunstancias con una cierta deportividad. Y dada tu extraña gentileza, elogiada desde la infancia, te inclinas finalmente por la segunda solución: eres tú, por tanto, quien se levanta para salir, sugiriéndole que no deje de comerse tus últimos alimentos de la cocina, y le dejas por completo, con una última mirada de entendimiento, toda la casa para ella.



De Enciclopedia I. Breves notas sobre ciencia Breves notas sobre el dolor Breves notas sobre las relaciones (Aldus, 2010)

Traducción de Antonio Sáez Delgado

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