SE AMANECE CADA DÍA CON MEJORES SENTIMIENTOS
El polvo consumió la luz que alguna vez
entró por nuestras ventanas
Con el tiempo
se han ido haciendo pequeñas grutas
subterráneas
en las alejadas tierras infértiles
que los hostiles despreciaron
A pesar de todo fueron muchos como nosotros
los que pacientemente
socavando las convicciones de otrora
logramos salir de las mazmorras
de prueba
que mantuvieron por siglos funcionando los imperios
caídos del pasado
SERÁ UN PERRO CUANDO LA DESPEDACE EN LA PRUEBA SIGUIENTE
Una noche comenzamos la invasión
nave tras nave aterrizamos sobre la superficie
picando las rocas con nuestras mandíbulas de acero
y dientes de titanio
La dulce tierra aún expelía un aroma de azahares
y enredaderas como los jazmines de Persia
Los llevamos a rastras a través de los cercos
de alambre
Teñimos sus ropas con carbón y en su frente
sellamos un código de barras
Apilamos sus cuerpos por cientos
unos sobre otros como a nosotros nos apilaban
en las bodegas de antaño
Revoloteaban sobre sus cabezas agonizantes
las moscas verdes y gordas de los basurales
y los mataderos
Después apagamos las máquinas y dormimos
plácidamente imaginando las hermosas avenidas
por las que pasearían nuestros hijos
PARA MIS FABRICANTES EN SU EXTENSA CADENA DE FAVORES
Recordaba la señora K
cuando llegaron los primeros dummies
en un artefacto de metal
que relucía a la luz del sol
como una moneda girando en el aire
Por un costado de ese objeto de plata
se abrió una puerta y apareció un muñeco
vestido con ropajes de otro tiempo
como salido de un retrato
de la era Cenozoica muy parecido
a los mamíferos del Holoceno
El viento movió las hebras de pelo rojizo
que colgaban del cráneo semidesnudo
de la señora K
La sombra del señor K se dibujaba
inmensa en el marco de la puerta
Es hora de ir al pueblo le dijo él
con voz imperativa
La señora K se quedó mirándolo en silencio
Sus ojos amarillos húmedos y dulces
evocaron el lejano y pálido fondo del
mar
antes de ser expulsados de su casa
También las canciones que le cantaba
su madre cuando tenía fiebre y la nieve
que caía se quedaba enredada
entre los ganchos de los abedules
De
Dummies (Ediciones Inubicalistas, 2013)
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