viernes, 2 de diciembre de 2016

Tres poemas de Natalia Litvinova




CHÉRNOBIL

Hay días blancos y días negros,
antes de mi nacimiento un día negro explotó,
y mi abuelo no vio más colores. Los sobrevivientes
pudieron escribir su nombre en la ceniza y volver
 a la oscuridad del hogar.




PRÍPIAT

Te empujaría lejos, hasta un paisaje limpio,
hasta el recuerdo del gusano que mi abuela
partió en dos con una pala
y las mitades siguieron vivas,
hacia el lugar secreto donde unas hormigas
escondían sus huevos y otras se los comían,
o al establo de las gallinas y los cerdos,
cuando quise alimentar a uno,
intentó arrancarme la mano.
O mejor al bosque, donde hay flores, hongos,
radiación y casi no hay recuerdos.




LA DECADENCIA

Lo recuerdo muy bien. Corría el año 89.
No muy lejos cayó un muro.Cambiaron
las modas y las muecas.
Sólo los monumentos tardaron en desaparecer.
Los que no podían escribir, escribieron.
Los que conseguían leche en el mercado negro
tuvieron más hijos.
Todo se llenó de fe desesperada.




De Siguiente vitalidad (Libros Tadeys, 2015)


No hay comentarios:

Publicar un comentario