viernes, 14 de diciembre de 2018

Tres poemas de Hilde Domin




PAISAJE CAMBIANTE

Uno tiene que saber irse
y sin embargo, ser igual que un árbol:
como si se quedasen las raíces en el suelo,
como si se moviese el paisaje
y nosotros nos quedásemos parados.
Aguantar la respiración
hasta que cese el viento
y el aire ajeno comience a rodearnos,
hasta que el juego de luz y sombra,
de azul y verde,
muestre los viejos patrones
y estemos como en casa
donde sea,
y podamos sentarnos y recostarnos
como si fuera la tumba
de nuestra madre.




CASA SIN VENTANAS

El dolor nos encierra en un ataúd,
en una casa sin ventanas.
La primavera deja ver las flores
límpidas y más claras
sus aristas.
Mi noche, una apuesta,
un dado de silencio.

El consuelo quiere entrar
y no halla puertas, ni ventanas.
Enfurecido amontona la leña
quiere forzar un milagro y
enciende
la casa del dolor.




COLONIA

La ciudad hundida
para mí
sola
hundida.

Nado
en las calles.
Otros caminan.

Las viejas casas
tienen grandes puertas nuevas
de vidrio.

Los muertos y yo
nadamos
a través de las puertas nuevas
de nuestras viejas casas.




De Canciones para dar aliento (Llantén, 2018)
Traducción de Geraldine Gutiérrez Wienken

2 comentarios: