Mi film nace primero en mi
cabeza, muere en el papel, lo resucitan las personas vivas y los objetos reales
que utilizo, que mueren en el celuloide pero que, colocados en un cierto orden
y proyectados sobre una pantalla, se reaniman como flores en el agua.
Crear no es deformar o
inventar personas o cosas. Es establecer relaciones nuevas entre personas y
cosas que existen y tal como existen.
Un solo misterio el de las
personas y el de los objetos.
Filmación. Colocarse en un
estado de ignorancia y de curiosidad intensas, y no obstante ver las cosas antes.
Es preciso que los ruidos se
conviertan en música.
Asegúrate de haber agotado
todo lo que se comunica por medio de la inmovilidad y el silencio.
La imagen no tiene un valor
absoluto.
Imágenes y sonidos deberán su
valor y su poder sólo al uso que tú les asignes.
Filmar de improviso, con
modelos desconocidos, en lugares imprevistos, adecuados para mantenerme en un
estado tenso de alerta.
Que sea la íntima unión de las
imágenes la que las cargue de emoción.
¿Cómo ocultarse que todo acaba
en un rectángulo blanco colgado sobre un muro? (Mira tu película como una
superficie por cubrir.)
Lo que ningún ojo humano es
capaz de atrapar, lo que ningún lápiz, pincel o pluma es capaz de fijar, tu
cámara lo atrapa sin sabes qué es y lo fija con la escrupulosa indiferencia de
una máquina.
No corras tras la poesía. Ella
sola penetra por las junturas (elipsis).
En todo arte existe un
principio diabólico que actúa en su contra y trata de destruirlo. Un principio
análogo quizá no sea del todo desfavorable al cinematógrafo.
Imágenes y sonidos como gente
que se conoce de paso y ya no puede separarse.
“El diablo le saltó en la boca”:
no hacer saltar a un diablo en la boca. “Todos
los maridos son feos”: no mostrar una multitud de maridos feos.
Una cosa errada, si la cambias
de lugar, puede ser un acierto.
No pienses en tu película
fuera de los medios que posees.
Una cosa vieja se vuelve nueva
cuando la separas de lo que habitualmente la rodea.
Un sonido no debe acudir nunca
en auxilio de una imagen, ni una imagen en auxilio de un sonido.
Si un sonido es el complemento
obligado de una imagen, dar preponderancia sea al sonido, sea a la imagen. En
paridad, se dañan o se matan, como se dice de los colores.
A las tácticas de velocidad,
de ruido, oponer tácticas de lentitud, de silencio.
Un actor extrae de sí lo que
verdaderamente no hay en él. Ilusionista.
No embellezcas ni
afees. No desnaturalices.
Tu genio no
consiste en falsificar la naturaleza (actores, decorados), sino en tu manera de
elegir y de coordinar los trozos tomados directamente de ella por las máquinas.
Conmover no con
imágenes conmovedoras, sino con relaciones entre imágenes que las vuelvan a la vez
vívidas y emocionantes.
La fragmentación
es importante si no se quiere caer en la REPRESENTACIÓN.
Ver los seres y
las cosas en sus partes separables. Aislar esas partes. Volverlas
independientes para imponerles una nueva dependencia.
Lo real no es
dramático. El drama nacerá de cierta marcha de elementos no dramáticos.
Las cosas muy en
desorden o muy en orden se igualan, no se las distingue más. Producen
indiferencia o tedio.
No mostrar todos
los costados de las cosas. Margen de indefinición.
De Notas sobre el cinematógrafo (Era, 1979)
Traducción de Saúl Yurkiévich
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