desinfectología
viva.
los automóviles los decoradores pésimas fiestas & esos motivos de sonrisa
amarilla
viva.
la increíble deprimente hostess lounge girl el día cinco o diez del mes
en
q
te
pagan
una
miseria.
viva.
los granos de azúcar rondando de la cuchara al café el zapping
compulsivo
fafnir
el kurupyra (q no borra las huellas) dibujados casi vivos en las sábanas
es lo q te mereces por haber sido
tan vago
es lo q te mereces
por haber sido tan vago
¿Dónde estará Moby Dick?
¿Dónde
están los arpones,
dónde está el mástil, la popa,
la
escotilla, la cubierta,
la proa al fin, el alto puesto,
de
observar ballenas
que expulsan chorros de agua
por
el cráneo?
Mi pierna, ¿estaría aquí?
—era
parte de este cuerpo
que ya no es parte de sí mismo.
¿Pero
dónde están mis hombres,
mi navío, dónde están mis botes,
mis
barcos, dónde el oleaje,
dónde estará Moby Dick?
courage de luxe
el
mismo dios que te dio tus leyes en conserva papá mamá
te
dio los trolos los putos las tortas
te
dio las computadoras y las plagas de egipto
te
dio manos y pies y un cuerpo perfecto
o
te dio una serie de defectos en la metafísica y el cuerpo
el
mismo dios que te dará al polvo y que te dio
la
bomba en sueños floridos del pecado de oppenheimer
y
que dio la llave para las puertas y las metáforas
el
dios que se dio el nombre acaso o que se dio
todas
las imágenes o el total vacío en una explosión sin sonido
al
centro del universo
el
dios que te dio tu estupidez crasa que se arrastra
de
tu mente como los brazos de un orangután
que
te dio parís para que parieras un asno por las calles
un
asno al que se le dio el gorro frigio y frigide barjot
ese
mismo dios uno solo y muchos
de
un solo nombre y muchos
que
te dio la patria el ejército y hippies desertores
la
bolsa de valores y los juguetes de la ciencia poetas y platón
él
que se acordó de darte una religión para que jugaras a ser dios
te
dio el agua pura y cristalina y la contaminación
dulce
veleidad romántico-amorosa una verga un argolla
o
te dio los dos y te dejó albino como un dios en un triclinio
el
dios que dio el deseo y el desánimo el intelecto las manos juntas en una
plegaria
la
sublimación que dio al darte como opción el poder garchar o pensar
ese
mismo que se dio un nombre de mujer primordial gaya la alegre
ese
dios que dio el sexo de los ángeles como en un lance de dados
que
jugaba y sigue jugando bien al dar la duda
el
dios que recibió a empédocles en el agujero más caliente de la tierra
sumergido
con el coraje de cogerse a las montañas y el dios
que
dio el cristo de regalo para la cruz
que
te dio su imagen y semejanza
es
bueno que lo recuerdes: a dios le gusta dar.
De Bicho de siete cabezas: selección de poesía brasileña contemporánea (Detodoslosmares, 2014)
Traducción de Martín Palacio Gamboa
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