33
Cuando
a Sri Ramakrishna
se le preguntó
por qué,
si Dios es bueno,
existe el mal
en el mundo,
él respondió:
"Para
hacer más densa
la trama ".
146
Mientras Meister Eckhart
vivía, se hicieron
varios intentos para
excomulgarlo.
(Había dicho,
en sus sermones,
cosas tales
como “Querido Dios,
te ruego
que me liberes de Dios.”)
Ninguno de los juicios
en su contra fue exitoso,
ya que
en cada ocasión se defendió
brillantemente.
Sin embargo, después
de su muerte,
el ataque continuó.
Mudo, Meister
Eckhart fue excomulgado.
25
Una señora esquimal que no hablaba ni entendía una
palabra de inglés una vez recibió
un pasaje gratis a los Estados Unidos y 500 $
por acompañar a un cadáver que enviaban
de vuelta para el entierro. Ella aceptó.
Cuando llegó se dio cuenta de que
las personas que entraban a la estación dejaban
la ciudad y nunca más los volvía a ver. Aparentemente,
viajaban a otro lugar. Descubrió también que
antes de salir se acercaban a la boletería, decían
algo y conseguían un boleto. Ella
se paró en la fi la, escuchando atentamente lo que la persona
delante de ella decía,
repitió lo que esa persona dijo, y viajó a donde
esa persona viajó. Así recorrió el país
de una ciudad a otra. Después de
un tiempo, cuando empezó a quedarse sin dinero, decidió
quedarse en la próxima ciudad, encontrar
trabajo, y vivir ahí el resto de su vida.
Pero decidió hacerlo en un pueblito
de Wisconsin del que nadie salió
ese día. Sin embargo, de tanto viajar
había aprendido un poco de inglés. Así que fi nalmente
fue a la boletería y le preguntó al hombre que estaba ahí
“¿Dónde iría usted si se tuviera que ir?” Ella sigue
viviendo en ese pueblito de Ohio que él nombró.
82
Mi abuela era a veces muy
sorda y en otros momentos,
particularmente cuando alguien
estaba hablando de ella,
no era sorda para nada.
Un domingo estaba sentada
en la sala justo
frente a la radio.
Estaba escuchando un sermón tan
alto que podía escucharse
a cuadras a la redonda.
Y sin embargo estaba profundamente dormida
y roncaba.
Entré en la sala en puntas de pie,
esperando
tomar un manuscrito que estaba sobre
el piano y salir de nuevo
sin despertarla.
Casi lo consigo.
Pero cuando llegué
a la puerta, la
radio se apagó y
mi abuela de pronto dijo:
“¿John, estas listo para
la segunda venida del Señor?”
De Indeterminación (Zindo & Gafuri, 2013)
Selección y traducción de Patricio Grinberg
Bonus (mediafire):
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