miércoles, 19 de septiembre de 2012

Dos poemas de Anne Carson


De Glass, Irony and God

Los Predilectos de Dios Permanecen Fieles

El Caos nos eclipsa.
Dolor crudo se cierne sobre nosotros.
Somos asfixiados por amarga luz.
Nuestros huesos se agitan como ramas.
Nos rompemos.
Buscamos a ciegas.
Estamos secos y jadeamos.
Nuestras lenguas son oscuras.
Días interminables.
Interminables noches.
La piel se arrastra, se quiebra.
Nuestra habitación es un felino que juega con nosotros.
Nuestra fe es una soga.
Ponemos nuestra propia carne en nuestros dientes.
El otoño nos mueve como a paja a través de los prados.
Hemos sido separados y caemos.
Colgamos sobre un vacío.
Nos destrozamos sobre el océano.
Nos fundimos en la negrura.
Nos han abierto y drenado.
Lo insignificante nos bebe.
Mentimos sin disimular.
Somos polvo.
No sabemos nada.
No tenemos respuestas.
No hablaremos más.
PERO NO NOS DETENDREMOS.
Porque somos los predilectos.
Hemos sido instruidos para llamar a esto amor.


La Gracia Que proviene de la Violencia

Tu historia no es (siento decirlo) como la cuentan
aunque chilles y arañes
asomando de las tumbas,

donde habitas ahora.
Dios presiona algunas veces.
Apareció el profeta

para enviar tu espíritu inmundo
a los cerdos, que se volvieron locos.
Yo te vi

al fondo de la fosa de la piedad
buceando en sangre de cerdos—
"purificado".








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