jueves, 21 de febrero de 2019

Tres poemas de Ron Padgett



POEMA

Estoy en casa.
Afuera está lindo: un sol
cálido sobre la nieve fría.
Primer día de primavera
o último de invierno.
Mis piernas bajan corriendo
la escalera y cruzan
la puerta, mi mitad
superior tipeando aquí.



MARIPOSA

Chuang Tzu escribió sobre un hombre
que soñó que era una mariposa
y cuando despertó
no sabía si era o no
una mariposa que soñaba ser un hombre.
La idea me encanta
aunque no creo que Chuang Tzu
realmente pensara que un hombre pudiera pensar
que es una mariposa,
porque una cosa es despertarse
de un sueño en medio de la noche
y otra pasar toda tu vida
soñando que eres un hombre.
Yo me pasé toda la vida
pensando que era un niño, después un hombre,
y una persona, y un norteamericano
y un ente físico y un espíritu
y quizás un poco mariposa.
Quizás debería ser más mariposa,
es decir, fluctuar en una habitación
con ojos saltones y alas grandes que revoloteen
soltando un polvo asfixiante
sobre gente que chilla y cae muerta,
casi. Porque los rescataría
con la música celestial de mi belleza
y mi absoluto desamparo,
mi etérea indiferencia hacia lo que son.



UNA NUBE EN PAÑALES

Los humanos parecen ser los únicos animales
que disfrutan de las nubes. Nunca vas a ver un gusano
extasiado por un atardecer, ni
a un weimaraner. Tal vez un chimpancé
puede encontrar placer estético
en esas rayas índigo púrpura:
míralo, está aplaudiendo y
saltando alrededor del promontorio
sobre el que siguen ondulando a la deriva
las nubes, majestuosas, extrañamente enormes,
de perfil, gratis, en verdad extrañamente enormes.



De Cómo ser perfecto (Zindo & Gafuri / Kriller71, 2018)
Traducción de Aníbal Cristobo y Patricio Grinberg

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