ABRIL
Y SILENCIO
La
primavera yace desierta.
La
zanja, oscura como terciopelo
se
arrastra junto a mí
sin
espejeos.
Tan
sólo irradian
las
flores amarillas.
Soy
llevado en mi sombra
como
un violín
en
su caja negra.
Lo
único que quiero decir
reluce
fuera de mi alcance
como
la platería
en
la casa de empeños.
ENTRA
LA LUZ
Fuera
de la ventana están los largos animales de primavera,
el
dragón transparente de la luz solar
pasa
corriendo como un interminable
tren
de suburbio (jamás llegamos a verle
la
cabeza).
Las
casas de la costa caminan de costado
orgullosas
como cangrejos.
El
sol hace parpadear las estatuas.
El
furioso mar de fuego en el espacio
se
transtierra en caricia.
La
cuenta invertida ha comenzado.
DE
LA ISLA, 1860
I
U
día en que enjuagaba el lavado en el muelle
el
frío de la ensenada le subió por los brazos
y
penetró en el vientre.
Las
lágrimas se helaron y se volvieron gafas.
La
isla se elevó sobre la hierba
y
la bandera del arenque blanqueó en el abismo
II
Y
lo alcanzó en enjambre de la viruela
y
lo golpeó en el rostro.
Yace
mirando fijamente el techo.
Cómo
remaban silencio arriba
La
mancha del presente, fluyendo eternamente;
el
punto del presente, sangrando eternamente.
UN
BOCETO DE 1844
El
rostro de William Turner está ocre de intemperie;
tiene
su caballete al extremo de las rompientes.
Seguimos
el cable verde plateado hacia el abismo.
El
vadea por el reino llano de los muertos.
Llega
un tren. Acércate. Lluvia,
lluvia
avanza sobre nosotros.
De Góndola Fúnebre (Ediciones Literatura Americana Reunida, 2000)
Traducción de Roberto MascaróDe Góndola Fúnebre (Ediciones Literatura Americana Reunida, 2000)
No hay comentarios:
Publicar un comentario