viernes, 18 de abril de 2014

Sergio Ernesto Ríos - La formación de alas en un asilo disperso


I

Cuando viaje a la matriz de las cortesanas
encontraré luego el planisferio
los genitales rugosos

y algo porcelana encontraré

cuando al fin roce con mi barbilla
la cándida redondez
de la madrastra Valva

cuando importe el grado miope y el tacto
y el tacto el catalejo el credo

como el que hurga con yodo
el órgano de la gestación

como al que no le sirve el tapaboca
sino la decadencia
de una hembra imperativa
de humores espesos
y vacía el lóbulo carnoso
y deja qué sé yo
del disturbio y la cremallera

mi cortesana
se llama algunas veces Vulpina
algunas veces Alantoides
la conocí en el vals
no lejos de Salzburgo

en deducción de su vestido orfebre
(Salón de encajes pálidos)

los ojos de guiñol
la cintura y el endocardio
sin misterios

dice
él me trata como una muñeca de harapos
has visto mi peluca por ahí
has visto

ay del areté
ay del olor de los idólatras
ven conmigo

II

Mi amor rueda por un asador desteñido

a veces el fuego es un desgarre
a mitad de la frente de ella
a mitad de la frente de ella

entiendo un estigma
que la partera no robó

y yo boquiabierto
en el ocio (humo)
en el garabato destas flemas

y yo el delito amniótico

que nos lleva de regreso
a las manos del limbo
que nos lleva que nos lleve
veneno lagar manos de limbo

exagero el peso brujo
de su sordera al despedirme
y los dos nos despedimos

por eso el sol

y esos modales
de anguila devuelta a la friolera

mi amor
lleva en las pupilas un libro gótico

quizá un imprevisto
héroe en muletas de Gautier
una afilada aguja que hiere la calle
y con tristes ojos examina los muros
 

III

Exlánguida

dices que no estalla
el cráneo con besos lampiños

dices que preparas
una femenina certeza

en este pueblito ingenuo
sucursal de Berlín
el abuelo aviador es un hombre
de modales nazi
que pesquisa las nubes cinamomo

nos divertimos
inventándole coros a tu regreso
a que no pasa la guitarra
a que no roba tu cintura canela

en el cero del jardín guardé un ciervo
como una alucinación prestigiosa
para robarle su infancia a las flores
para robarle su infancia a las flores

y está la tarde como un lago
esperando una novia Narcisa

de muy lentas malarias
de valses soberbios
 

IV

Ahí viene la Muñeca Canina

la seducción de un trébol de cuatro hojas
color papiro

que me hace pensar
en la misericordia

que me hace pensar
que no sé lo que haré
con la baba morfina
cuando reviva el asombro

que me hace pensar
en el interruptor
de cierta ruina atómica
escondido en el bolsillo

de no sé cuál personaje inmortal

con manos incomprensibles
con temores elásticos
con indicaciones dulcemente imbéciles

Muñeca Canina Aperitiva

Muñeca Boba Brillante

barniz de lava cuando enciendo
el cigarro tembloroso
de la hora de su cena

Muñequita Canina Señuelo

Muñequita Cólico de la canción voluntaria del amor

algunos mechones del jardín
son en realidad un ciervo

no recuerdo ningún grumo niño
del hidrocéfalo

no recuerdo
la verdad celofán que inyecté
a la caducidad del plazo

ni la hora a cuenta de nuestro disfraz
de gazapos celestiales

te regalo la sombrilla
que persigue una turba
de cerezas estudiadas en novelas de amor
y en el ocio de las canciones de cuna

soy una hazaña cursi

pero soy también un laboratorio
donde gime un ostentoso paje de azufre

soy el pasamanos del conejo ciego

pero también soy el nervio
que mastica la pólvora

soy el comprador del espejo
en que las hortensias profanan
un esbelto camisón de hospital

pero también soy la línea de unión
de dos huesos del cráneo

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