miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cuatro poemas de Carlos Germán Belli


OH HADA CIBERNÉTICA

Oh Hada Cibernética
cuándo harás que los huesos de mis manos
se muevan alegremente
para escribir al fin lo que yo deseo
a la hora que me venga en gana
y los encajes de mis órganos secretos
tengan facciones sosegadas
en las últimas horas del día
mientras la sangre circule como un bálsamo a
                                             /lo largo de mi cuerpo

SEGREGACIÓN N° 1

                         (a modo de un pintor primitivo culto)

Yo, mamá, mis dos hermanos
y muchos peruanitos
abrimos un hueco hondo, hondo
donde nos guarecemos,
porque arriba todo tiene dueño,
todo está cerrado con llave,
sellado firmemente,
porque arriba todo tiene reserva:
la sombra del árbol, las flores,
los frutos, el techo, las ruedas,
el agua, los lápices,
y optamos por hundirnos
en el fondo de la tierra,
más abajo que nunca,
lejos, muy lejos de los jefes,
hoy domingo,
lejos muy lejos de los dueños,
entre las patas de los animalitos,
porque arriba
hay algunos que manejan todo,
que escriben, que cantan, que bailan,
que hablan hermosamente,
y nosotros rojos de vergüenza
tan sólo deseamos desaparecer
en pedacitititos.


¡OH ALIMENTICIO BOLO…!

¡Oh alimenticio bolo, mas de polvo!,
¿quién os ha formado?
Y todo se remonta
a la tenue relación
entre la muerte y el huracán,
que estriba en que la muerte alisa
el contenido de los cuerpos,
y el huracán los lugares
donde residen los cuerpos,
y que después convierten juntamente
y ensalivan
tanto los cuerpos como los lugares,
en un inmenso y raro
alimenticio bolo, mas de polvo.


UNA DESCONOCIDA VOZ…

Una desconocida voz me dijo:
“no folgarás con Filis, no, en el prado,
si con hierros te sacan
del luminoso claustro, feto mío”;
y ahora que en este albergue arisco
encuéntrome ya desde varios lustros,
pregunto por qué no fui despeñado,
desde el más alto risco,
por tartamudo o cojo o manco o bizco.


De Antología Crítica de la Poesía del Lenguaje (Aldus, 2009)



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