martes, 3 de septiembre de 2024

Cuatro poemas de Joaquín Giannuzzi

 


OFICIOS

 

Durante una época trabajé en

una funeraria. Mi trabajo

consistía en conducir ataúdes a la

casa de los muertos para que allí

los ocupara siguiendo respetuosamente las

leyes de la descomposición.

Yo cantaba al volante del negro furgón y eso era

mi particular manera de estar integrado a la liturgia.

Yo era joven y entraba silbando a la

casa del difunto

y hasta me daban propinas y muchas gracias muchacho

por andar alegremente vivo y por

habernos hecho comprender súbitamente

que un muerto es la carga

más abstracta que puede concebirse.

 

 

LA GRAVEDAD Y LA GRACIA

 

He aquí el mundo de la caída absoluta,

la hoja desprendida

que flota y oscila hasta posarse:

el suelo después de la gracia;

la bala que silbando en declinante

parábola, da en el blanco

y se desploma con el cuerpo.

 

Mis piernas pesaron mucho este año;

los astronautas volvieron al planeta enloquecido

y desde muy abajo susurraron los muertos.

Tambaleando, me aferré entre los vivos, busqué

una especie de salvación a mi medida:

aquí un rostro amado, allí una mano tendida;

arranqué cabellos, ramas, dientes y alas

a partir de un cielo vacío

donde una fe desconocida

ya se había disuelto.

En el descenso general me vi arrastrado;

pedí gracia

y pensé en Pedro, al revés colgado,

viendo caer este mundo hacia las estrellas.

 

 

MOSCA EN EL PARAÍSO

 

Alabada sea la mosca que zumbando

ingresó al paraíso por la puerta grande

después de haber desovado

en toda carne muerta y sus fosas nasales.

Ahora está allí, deambula

en círculos de jactancia,

ufanándose en su verde inmortalidad,

no sólo por inocencia

sino por haberla conquistado

sin afrontar los problemas de la muerte propia.

 

 

LOS CABALLOS

 

Los caballos soportaron

el peso de la historia

hasta que fue creado

el motor de combustión interna.

Ahora, cada vez que nacen

titubean y se demoran ante la luz

creyendo haber irrumpido

en un mundo equivocado.



De Poesía completa (Sibila, 2009)

 

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