martes, 7 de agosto de 2018

Tres poemas de Robert Hass



ESA MÚSICA

La plata de la cala bajo el sol de agosto,
la luminosidad del aire seco, los últimos regueros de nieve fundida
filtrándose a través de las raíces de hierba de montaña,
el vinagre de la maleza, el humo dorado, o la roya de la pradera.

¿Otorgan los cuerpos de los amantes
al oscurecer en verano, la respiración de él, el rostro dormido de ella,
otorgan la leve brisa entre los pinos?
Si tú fueras el intérprete, si esa fuera tu tarea.



ALADA Y ACRE OSCURIDAD

Una frase que incluya “sombra moteada”.
Algo que no es decible,
se alza fugaz en el silencio dela mañana,
secreto como un tordo.

El otro hombre, el oficial, que traía cebollas
y vino y saquitos de harina,
el mayor con la rodilla hinchada,
quería conversación inteligente al terminar.
Sin opción, ella se la proporcionaba, también.

Potsdamerplatz, mayo de 1945.

Cuando el primero se alivió husmeó en la boca de ella.
Basho le aconsejó a Rensetsu evitar el material sensible.
Si el horror del mundo fuera la verdad del mundo,
decía, no habría nadie para contarlo
ni nadie a quien contarlo.
Me parece que sugería la descripción de un leve enjambre
de insectos frenéticos cerca de una cascada.

Husmea en su boca abierta y escupe dentro.
Legamos este tipo de cosas,
Probablemente, porque somos lo que podemos imaginar.

Algo no decible en el silencio de la mañana.
La mente con hambre después de los símiles. “La ternura del cielo”, etc.
curvea un rastro de golondrinas en el aire.



LA DIFICULTAD DE DESCRIBIR LOS ÁRBOLES

El álamo centellea al viento
y eso nos deleita.

Las hojas danzan, giran sobre sí mismas,
porque ese movimiento en el calor de agosto
protege sus células y no se secan. Del mismo modo la hoja
del chopo. 

De la reserva genética se elevó con rapidez un tronco tembloroso
y el árbol inició su danza. No.
El árbol capítalizó.
No. Hay límites para decir,
con el lenguaje, lo que el árbol hizo.

Es bueno a veces para la poesía que nos decepcione.

Danza conmigo, bailarín. Oh, cómo lo deseo.

Montañas, cielo,
el álamo hace algo al viento.



De Tiempo y materiales (Bartleby, 2008)
Traducción de Jaime Priede

No hay comentarios:

Publicar un comentario