miércoles, 12 de marzo de 2014

Mark Rothko - Declaración personal (1945)


      Me adhiero a la realidad material del mundo y a la sustancia de las cosas. Simplemente aumento el alcance de dicha realidad y le otorgo atributos iguales a los que experimento respecto al entorno más conocido. Insisto en la equivalencia del mundo engendrado en la mente y el mundo engendrado por Dios fuera de sí. Si he titubeado al utilizar objetos familiares se debe a que me niego a mutilar su apariencia en pos de una acción que son demasiado viejos para poder cumplir; o para la que, quizás, no habían sido concebidos.
      Lucho contra el arte surrealista y abstracto como se lucha contra un padre y una madre, conociendo la inevitabilidad y el valor de mis raíces, pero  insistiendo en mis desacuerdos; soy a la vez ambos, pero también alguien totalmente independiente y distinto. Los surrealistas han descubierto el glosario del mito y han revelado la congruencia entre la fantasmagoría del subconsciente y los objetos cotidianos. Esta congruencia es la base de la intensa experiencia trágica que constituye para mí la única fuente del arte. Pero amo al objeto y al sueño demasiado como para hacer que se disuelvan en la insustancialidad de la memoria y la alucinación. El artista abstracto ha dado existencia material a muchos mundos y tiempos desconocidos. Pero repudio su rechazo de la anécdota del mismo modo que repudio su rechazo de la existencia material de toda realidad. Para mí el arte es una anécdota del espíritu, y el único modo de dar concreción al sentido de su movimiento y de su calma.
     Prefiero ser despilfarrador a tacaño, por lo que preferiría dar atributos antropomorfos a una piedra  que deshumanizar la más remota posibilidad de la conciencia.    

de Escritos sobre arte (1934-1969)  
Traducción de Jesús Carrillo Castillo y Eduardo García Agustín


No hay comentarios:

Publicar un comentario