UN DADO DE MADERA
Un
dado de madera puede ser sólo descrito desde dentro. Estamos pues, condenados
al eterno desconocimiento de su esencia. Incluso si rápidamente se lo parte en
dos, de inmediato su interior se convierte en una pared y con la velocidad de
un relámpago prodúcese la transformación del misterio en una piel.
Por ello no hay
forma de constituir una psicología de la bola de piedra, la barra de hierro, el
cubo de madera.
FOTOGRAFÍA
Con ese muchacho joven como la flecha del
Eleata
muchacho con hierbas altas nada tengo en común
salvo la fecha de nacimiento las rayas de la
mano
la fotografía la tomó mi padre antes de la
segunda guerra persa
del follaje y las nubes deduzco que era agosto
pájaros resonaban los grillos el olor de
cereales olor de plenitud
abajo el río en los mapas romanos llamado
Hipanís
la cuenca y el cercano trueno aconsejaba
refugiarse entre los griegos
sus colonias costeras no quedaban demasiado
lejos
el muchacho sonríe confiado la única sombra
que conoce
es la del sombrero de paja la sombra del pino
la sombra de la casa
pequeño
mío mi Isaac agacha la cabeza
sólo
un instante de dolor y después serás
lo que quieras —golondrina lirio silvestre
debo pues verter tu sangre pequeño mío
para que inocente quedes en el relámpago
estivo
ya para siempre seguro como un insecto
preso en el ámbar
bello como una catedral de helechos en el
carbón salvada
INFORME DESDE LA CIUDAD SITIADA
Demasiado viejo para llevar las armas y luchar
como los otros—
fui designado como un favor para el mediocre
papel de cronista
registro —sin saber para quién— los acontecimientos
del asedio
debo ser exacto mas no sé cuándo comenzó la
invasión
hace doscientos años en diciembre septiembre[1]
quizá ayer al amanecer
todos padecen aquí del deterioro de la noción
del tiempo
nos quedó sólo el lugar el apego al lugar
aún poseemos las ruinas de los templos los
espectros de jardines y casas
si perdemos nuestras ruinas nada nos quedará
escribo tal como sé en el ritmo de semanas
inconclusas
lunes: almacenes vacíos la rata ha devenido
moneda corriente
martes: alcalde asesinado por agentes
desconocidos
miércoles: conversaciones sobre el armisticio
el enemigo confinó a los legados
ignoramos dónde se encuentran esto es el lugar
de su suplicio
jueves: tras una turbulenta asamblea se
rechaza por mayoría de votos
la propuesta de los comerciantes de especias
de rendición incondicional
viernes: comienza la peste sábado: se ha
suicidado
un desconocido inflexible defensor domingo: no
hay agua rechazamos
un ataque en la puerta este llamada Puerta de
la Alianza
lo sé todo esto es monótono a nadie puede
conmover
evito comentarios las emociones mantengo a
raya escribo sobre hechos
aparentemente sólo ellos son valorados en los
mercados foráneos
pero con cierto orgullo deseo informar al
mundo
que gracias a la guerra hemos criado una nueva
variedad de niños
a nuestros niños no les gustan los cuentos
juegan a matar
despiertos y dormidos sueñan con la sopa el pan
los huesos
exactamente como los perros o los gatos
al atardecer me gusta deambular por los
confines de la Ciudad
a lo largo de las fronteras de nuestra
libertad incierta
miro desde lo alto el hormigueo de los
ejércitos sus luces
escucho el tronar de los tambores los alaridos
bárbaros
es verdad es inconcebible que la Ciudad
todavía se defienda
el asedio continúa los enemigos deben ser
reemplazados
nada les une excepto el anhelo de nuestra
destrucción
godos tártaros suecos huestes del César
regimientos de la Transfiguración del Señor[2]
quién los enumerará
los colores de los estándares cambian como el
bosque en el horizonte
desde el delicado amarillo de aves en
primavera a través del verde del rojo hasta el negro invernal
así al atardecer liberado de los hechos puedo
pensar
en asuntos antiguos lejanos por ejemplo en
nuestros
aliados de ultramar lo sé su compasión es
sincera
envían harinas sacos de ánimo grasa y buenos
consejos
ignoran incluso que nos traicionaron sus
padres
nuestros ex-aliados desde los tiempos de la segunda
Apocalipsis
sus hijos no tienen culpa merecen gratitud así
que les estamos agradecidos
no sufrieron un asedio largo como una
eternidad
a quienes alcanzó la desdicha están siempre
solos
los defensores del Dalai-Lama kurdos montañeses
afganos
ahora cuando escribo estas palabras los
partidarios del pacto
conquistaron cierta ventaja sobre la fracción
de los intransigentes
habituales las oscilaciones de ánimo los
destinos aún se sopesan
los cementerios crecen disminuye el número de
los defensores
pero la defensa perdura y perdurará hasta el
final
y si cae la Ciudad y uno solo sobrevive
el portará consigo la Ciudad por los caminos
del exilio
él será la Ciudad
miramos en el rostro del hambre el rostro del
fuego el rostro de la muerte
y el peor de todos —el rostro de la traición
y sólo nuestros sueños no fueron humillados.
De Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (Hiperión, 2008)
Traducción de Xaverio Ballester
De Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (Hiperión, 2008)
Traducción de Xaverio Ballester
[1]
La noche del 13 de diciembre de 1981 fue decretado en todo el país el estado de
guerra, el movimiento democrático “Solidaridad”, el primer sindicato
independiente en un país socialista, fue disuelto y declarados ilegales todos
los acuerdos firmados entre el sindicato y el gobierno. A la declaración del estado
de guerra siguió una represión generalizada. En septiembre de 1939, por otra
parte, dio comienzo, como es sabido, la segunda guerra mundial.
[2] El
regimiento de la Transfiguración del señor era el nombre de un cuerpo militar
que constituía la guardia personal y fidelísima del Zar.
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