domingo, 3 de mayo de 2015

Dos poemas de John Ashbery


LA PLANTILLA

siempre estuvo allí, su existencia difícilmente
puesta en duda o en tela de juicio. Los poetas futuros
la evitarían, igual que nosotros. Un enrejado imaginario
dentro del bosque desaparecía. Aquí era donde la vieja pandilla
solía reunirse para contarse historias. Era
igual que el amazonas, pero en una escala mucho más pequeña.

Más tarde, cuando algunos de nosotros salimos en tropel al mundo
y pudimos hacer comparaciones, pareció justificado el barullo.
No había dos poetas que estuvieran de acuerdo alguna vez, y eso nos divertía.
Nos parecía bien la oscuridad coagulada que llegaba todos los días.


EL INTERÉS DEL AMOR

Pudimos verlo venir desde siempre,
luego sencillamente estuvo aquí, paralelo
al caminar del día. Para entonces éramos nosotros
los desaparecidos en el túnel de un libro.

Al levantarnos entrada la noche, nos sumamos a la corriente
de las noticias de la mañana. ¿Por qué no? A diferencia de otros
nada tenemos que pedir
ni que pedir prestado. Tan sólo somos piezas de geometría tridimensional:

cilindros o romboides. Cierta satisfacción
se nos ha dado. Claro que seguimos volviendo
a buscar más: es parte del aspecto “humano”
del desfile. Y existen regiones más oscuras

anotadas que alguna vez deberíamos explorar.
Por el momento basta con que este día acabe.
Trajo su cargamento de frescura, lo descargó
y se marchó. Con respecto a nosotros, aquí seguimos, ¿no?

De Por dónde vagaré (Lumen, 2010)
Traducción de Daniel Aguirre

No hay comentarios:

Publicar un comentario