YO TENGO MÁS DE LO MISMO
Si sentir es saber,
no quiero saber.
No me preguntes.
La lluvia cae en todas partes,
la ciudad a veces
se vuelve insoportable
y la primavera es siempre la misma.
Si decir la verdad
no arregla nada, mejor es callarse.
Tu ropa está en mi cama
y sé que todo es irreal,
no quiero decir nada con esto,
una vez fuimos todo junto.
El río está en el mismo lugar,
no ayuda.
En el arroyo crecen flores
que nadie ve,
son amarillas con bordes
naranjas en los pétalos,
son tapadas por juguetes
o cubiertas de bicicletas
que algunos tiran cuando ya no sirven,
yo voy y las piso,
no me gusta ver cosas lindas
crecer entre tanta basura,
sin darme cuenta
hoy me pongo a escribir estas cosas;
crecen flores amarillas
entre la basura que tiran
en el arroyo de mi barrio.
EL ORDEN EMOCIONAL
A mí me gusta trabajar
en una empresa mayorista,
estar nueve horas diarias ocupado,
encerrado en un galpón
sin ver el cielo,
desconocer el movimiento
dormido de las nubes.
Me hace muy feliz
acomodar 600 cuadernos
de 24 hojas en un anaquel
de dos metros por 80 centímetros,
establecer el orden de las cosas.
Acá yo soy el que acomoda todo:
tengo el poder de ponerle
un destino a los objetos,
en vez de estar minutos y días
frente al escritorio
mirando como un espiral se extingue
con su luz hacia el centro.
EL FRÍO QUE PROVOCO
Con el frío de mayo
escribir se hace insoportable.
Sin embargo, persisto
y hago de todo para que sea
más difícil;
prendo el ventilador,
ando en remerita,
pantalones cortos,
chancletas.
Así sí, con el frío que provoco
escribir se hace mucho más fácil
que con el frío de mayo.
DOMINGO
Empiezo de nuevo
el agua del calentador está tibia.
El sol desaparece
despacio en el horizonte.
Barro la casa
y escondo la mugre
en cualquier rincón.
Mi gato duerme
arriba de una silla
y empiezo de nuevo
a pensar en el día
que no voy a conocer.
De Poesía (Ediciones Neutrinos, 2022)