lunes, 10 de junio de 2019

Tres poemas de W. S. Merwin




EL CABALLO

En un árbol muerto
está el fantasma de un caballo
ningún caballo
fue visto nunca cerca de árbol
pero el árbol nació
de una yegua
retozó con largas zancas
en praderas murmurantes
paró las orejas
alzó y sacudió la cabeza
y de pronto se quedó quieto
comenzando a recordar
mientras se le caían las hojas




ÁRBOLES

Estoy mirando los árboles
tal vez sean una de las cosas que extrañaré
más de la tierra
aunque muchos de los que he visto
ya no pueda recordarlos
y aunque pocas veces abrace los que veo
y aunque nunca he podido hablar
con uno
los escucho con ternura
nunca alcanzados por sus nombres
en ronda han cuidado mi sueño
y cuando estaba prohibido subirse a ellos
me han mecido en sus ramas




DESTINO

Nube en la mañana
al atardecer un ópalo blanco
tras un sol pálido
el ópalo iluminado se posa en la orilla
de negras montañas
algunos nacen oyendo ladrar perros en las montañas
entre altas paredes poco después del ocaso
y durante su vida saben cosas
que ni siquiera saben los que nacieron oyendo agua
o árboles o sollozos o flautas o risas




De La rosa náutica (El Tucán de Virginia, 1993)
Traducción de María Palomar y Jorge Esquinca