TOCO
MADERA (PRIMERA PARTE)
¿Fue
cuando niño cuando por primera vez oí hablar de la pesca de truchas en Norteamérica?
¿Quién me lo dijo? Me parece que fue uno de mis padrastros.
Verano
de 1942.
El
viejo borracho me habló de la pesca de truchas. Cuando podía hablar, tenía una
manera de describir las truchas que parecía que hablaba de un metal precioso e
inteligente
De nada
me sirve el sustantivo plata para expresar lo que sentí cuando me habló de la
pesca de truchas.
Me
gustaría recordarlo bien.
Tal vez
truchas de acero. Acero hecho de truchas. El río lleno de nieve haciendo las
veces de fundición y horno.
Imagínate
Pittsburgh.
Un acero obtenido de las truchas que
sirva para construir edificios, trenes y túneles.
El Andrew Carnegie de las Truchas.
Respuesta
a la pesca de truchas en Norteamérica:
Me acuerdo con particular emoción de
la gente con sombrero de tres picos que pescaba en el riachuelo.
Ballet para La
pesca de truchas en Norteamérica
La manera
en que el Lirio Cobra atrapa a los insectos constituye un ballet para La pesca
de truchas en Norteamérica. Este ballet será representado en la Universidad de
California (en Los Angeles).
La planta está aquí detrás, en el
vestíbulo.
Murió pocos días después de que la
compré en Woolworth. Eso sucedió hace meses, durante las elecciones
presidenciales de mil novecientos sesenta.
Sepulté la planta en una lata vacía
de Metrecal. En un lado de la lata se lee: “Diétetico Metrecal para Control del
Peso.” Y más abajo: “Ingredientes: sólidos de leche sin grasa, harina de soya,
sólidos de leche, sucrosa, féculas, aceite de maíz, aceite de coco, levadura,
vainilla artificial”; pero ahora la lata tan sólo es la tumba del Lirio Cobra
que se ha secado y adquirido un color castaño y pecas negras.
Como una corona de funeral, un botón
blanco, rojo y azul se encaja en la planta con la siguiente leyenda: “Vote por
Nixon.”
La principal energía del ballet
proviene de una descripción del Lirio Cobra. Muy bien podría usarse la
descripción como cartel de bienvenida a la entrada del infierno o para dirigir
una orquesta fúnebre de fríos instrumentos de madera o bien ser un anuncio
atómico en los pinos, en los pinos donde nunca brilla el sol.
“La naturaleza dotó al Lirio Cobra
de medios para proveerse su propia comida. La lengua bifurcada está cubierta
con glándulas de miel que atraen a los insectos con que se alimenta. Una vez
dentro de la lengua, hacia el fondo, una vellocidad puntiaguda impide que el
insecto se mueva hacia afuera. Los líquidos digestivos se encuentran en la base
de la planta.
“La presunción
de que es necesario alimentar al Lirio Cobra con un pedazo de hamburguesa o con
un insecto diario es errónea.”
Espero
que los bailarines hagan un buen trabajo. Quedará en sus piernas nuestra
imaginación, cuando bailen para La pesca de truchas en Norteamérica.
LA
PESCA DE TRUCHAS ENTRE LAS TUMBAS
Ambos
cementerios se unían por pequeñas colinas y en medio fluía el riachuelo del
cementerio, un riachuelo tan parsimonioso como un cortejo-fúnebre-en-un-día-en-que-el-sol-caía-a-plomo
repleto de truchas.
A los muertos les importaba muy poco
que yo pescara allí.
En uno de los cementerios crecían
altos abetos y el pasto se conservaba verde Peter Pan todo el año por el agua
del riachuelo; el cementerio tenía lápidas muy frías y estatuas y tumbas de
mármol.
El otro cementerio era para los
pobres; carecía de árboles y el pasto se volvía castaño como una llanta
desinflada cuando llegaba el verano y así permanecía hasta que la lluvia, como
un mecánico caía al final del otoño.
No había lápidas elegantes para los
muertos pobres. Sus señas eran pequeños tableros que parecían pedazos de pan
rancio:
Devoto
e Insufrible Padre de
Amada
e Infatigable Madre de
En algunas tumbas había frascos de
fruta y latas con flores marchitas:
Dedicado
A
la memoria de
John
Talbot
Quien
a la Edad de Dieciocho Años
En
un Burdel
Fue
balaceado en las Nalgas
1ro.
De Noviembre, 1936
Este
Frasco de Mayonesa
Con
Flores Marchitas
Fue
Dejado Aquí Hace Seis Meses
Por
Su Hermana
Quien
Ahora Se Halla
En
Un Manicomio
Finalmente las estaciones del año se
encargarían de borrar sus nombres con la misma rutina del cocinero que
cotidianamente deja caer los huevos en una parrilla situada cerca de una
estación de ferrocarril. Por su parte, los bien nacidos tienen sus nombres
escritos perdurablemente en entremeses de mármol como caballos que trotan hacia
los senderos elegantes del cielo.
Seguí pescando en el riachuelo del
cementerio, rodeado de penumbra, mientras la exclusa estaba abierta; conseguí
muy buenas truchas. Sólo la pobreza de los muertos me importunaba.
Una vez, al anochecer, mientras
limpiaba las truchas antes de irme a casa, tuve la ilusión de visitar los
cementerios pobres , y recortar el pasto, recoger los frascos de fruta y las
latas y los letreros y las flores marchitas y las chinches y los yerbajos y los
terrones e irme a casa para poner todas estas cosas en el anzuelo y lanzarlo
contra el cielo hasta verlo flotar entre las nubes y las estrellas de la tarde.
De La pesca de truchas en Norteamérica (Editorial Extemporáneos, 1972)
Traducción de Federico Campbell
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