lunes, 24 de febrero de 2020

Cuatro poemas de Ana Blandiana



SEMILLAS DE PIEDRA

Si, tal como dice San Agustín,
el Mal no es más que ausencia del Bien
y la muerte ausencia de vida,
en esta tierra baldía
nosotros somos malos
y estamos muertos,
y ni siquiera nos damos cuenta
puesto que no sabemos qué es ser
bueno
o qué es estar
vivo,
así como las semillas de piedra de la arena
no saben lo que es germinar.



ORACIÓN

Dios de las libélulas, de las mariposas nocturnas,
de las alondras y de las lechuzas,
dios de las lombrices, de los escorpiones,
de las cucarachas de la cocina,
dios que a cada uno has enseñado algo distinto
y que sabes de antemano todo lo que le pasará a cada uno,
me gustaría saber qué has sentido
cuando has establecido las proporciones
de los venenos, colores y perfumes,
cuando en un pico pusiste el canto
y en el otro el cacareo,
en un alma el crimen y en otra el éxtasis,
daría cualquier cosa por saber
si tuviste remordimientos
porque a unos los hiciste víctimas y a otros verdugos,
igual de culpable ante todos
porque a todos los has puesto ante hechos consumados.
Dios de la culpa por haber decidido a solas
la proporción entre el bien y el mal,
la balanza mantenida en equilibrio con dificultad
sobre el cuerpo ensangrentado
de tu hijo que no se parece a ti.



De Mi patria A4 (Pre-Textos, 2014)
Traducción de Viorica Patea y Antonio Colinas



CADA VEZ MÁS EXTRAÑA

Cada vez más extraña
con menos amigos.
Todo lo que me era familiar
se ha fundido
en la gran luz;
allí me esperan cada vez más,
aquí estoy cada vez más sola,
siempre más sola,
como las aves
obligadas a marcharse
a países más cálidos.



UN CABALLO JOVEN

Nunca he llegado a entender en qué mundo vivo.
Cabalgaba sobre un caballo tan joven y feliz como yo
y al galope sentía su corazón batir
contra mis piernas
y el mío, latiendo incansable en el galope,
todo lo atravesaba, sin que yo advirtiera
que mi montura descansaba
sobre el esqueleto de un caballo
haciéndose pedazos en segundos
mientras yo seguía cabalgando
sobre un joven caballo de aire
en un siglo que ya no era el mío.



De El sol más allá y El reflujo de los sentidos (Pre-Textos, 2016)
Traducción de Viorica Patea y Natalia Carbajosa

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