AUTOBIOGRAFÍA
DE HIELO
Yendo
a un colegio de hielo, me hice de hielo. El mundo era una máquina de
enfriamiento. Mi padre, el profesor, el dictador, hasta el mismo Dios se
esforzaban en la producción de hielo. Después de la veintena, endurecido por la
congelación, se me congelaron incluso las bolsas de lágrimas. Era yo un
castillo de hielo. Con soledad cercada por un blanco muro de hielo, insistí en
mi ego de hielo. Nadie podía introducirse en mi interior. Incluso las llamas
del amor, al tocarme, se apagaban. En mis horas congeladas, ¿qué habría pensado
mi familia de mí? Aunque nunca me dijeron que era altivo, pensarían que lo era.
Hachas de hielo en la caverna de hielo, los carámbanos que eran mi barba, esa
etapa congelada la he vivido durante mucho tiempo. La historia del ego merece
registrarse como una era glacial.
LA FAMILIA DE CUCARACHAS
Dentro de la máquina
automática que satisface en todo momento los deseos
de los consumidores
vive una familia de cucarachas
así como vive la familia
del alcahuete en los prostíbulos
su caparazón brilla, el
hoyo
tragando dinero
empieza la mañana del
burdel
cálidamente la fragancia
del café y la leche
infinitamente el azúcar
y el sueño
y detrás del sonido de
la última moneda que cae
viene la noche, la
tranquilidad de la noche
que se rompe con los
deseos de noches sin sueño
vive la familia de cucarachas
en esa máquina
automática en la que el tubo de plástico
como la vejiga de una
prostituta
colgando del tanque de
agua
derrama agua caliente en
el vaso de cartón
todos nosotros llevamos
adentro
los límites del amor que
comparte esa familia diminuta.
CUARENTA
Y CUATRO MUÑECOS DE NIEVE
Según
lo que se conoce, una persona desecha al año microbios y células muertas
equivalentes más o menos al peso de su cuerpo. Si esas cosas muertas blancuzcas
las juntamos y hacemos muñecos de nieve, las personas podrían ver, aunque no
les agrade, todos los años muñecos de nieve gris que serían encarnaciones de sí
mismos. Este año cumplo cuarenta y cuatro años. ¿Será como tener bajo mi
control en este invierno a unos cuarenta y cuatro muñecos de nieve?
Todos
los años doy a luz a un muñeco de nieve.
SANDÍA
Soy
un humano de la era glacial intermedia. Quiero decir que vivo en medio de
grandes eras glaciales. Dicen que los seres de cromañón sobrevivieron a la era
glacial. Fueron grandes personalidades. Sin embargo, murieron todos. Esa
preocupación sentimental de la humanidad entera de seguir con vida o morir
incluso en la era glacial decidí dejársela al cielo y a la tierra. Por mucho
que viva, no duraré tanto como la era glacial. Por mucho que mi sangre, que
tiempo atrás era agua, se mantenga todavía en la era glacial, estaré clavado
hecho un cubo de hielo transparente en un profundo valle en la cordillera de
hielo o seré un copo de nieve formado en la cumbre de la montaña durante miles
de millones de años, sacudiéndose con el viento. Es temporada de sandías. Doy
con ganas una mordida al trozo rojo de sandía.
De Autobiografía de hielo (Bajo la luna, 2010)
Traducción de Kim
Un-kyung y Oliverio Coelho
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