PRUEBA DE DIOS
Estaba en Oregon
y vi un lugar
que se llamaba El mejor teriyaki.
Me parecía raro,
una pelotudez increíble,
que hubieran venido los blancos y mataran
a todos los búfalos, y borraran o desplazaran
a lugares ínfimos a todo el pueblo chinuk.
Entonces un tipo o una mujer de Japón,
un país al que le va muy bien en términos de desarrollo,
decidió venir a Oregon, a un bosque en donde sol
casi nunca brilla, donde llueve llueve llueve y
todos los hombres blancos tienen barba, incluso si los hace más feos.
Y el japonés puso un local que tiene
el mejor teriyaki del planeta Tierra.
El concepto mismo, la idea, la noción,
la existencia fenomenológica de El
mejor teriyaki comprueba para mí que el universo
es rarísimo, que cualquier cosa puede pasar,
porque si El mejor teriyaki puede estar
en un bosque del oeste lejano de Norteamérica,
cualquier cosa es posible.
SORRY
Perdón
a
la chica de Polonia,
a
la chica de Seattle,
a
la esposa por correo de Filipinas.
E
incluso a la acosadora rumana:
no
te puedo amar;
parecés
muy copada,
hasta
un poco graciosa.
Pero
mi corazón, mi cerebro
y
hasta mi pene protestan todavía
por
otra, siguen cantando canciones viejas.
Quizás
un día, sin que
me
dé cuenta, alguien
se
deslice en mi corazón: acabo de imaginar
mi
corazón en el desierto, tal vez en el Valle de la Muerte.
Ahí
donde están las dunas, una serpiente de cascabel llega
hasta
mi corazón, lo muerde
y
le inyecta su veneno.
MAMÁ
EN EL CAMINITO DE PIEDRAS
Cuando
era chico,
tenía
un caminito de piedras
en
el Ohio de las hojas anchas
en
el Ohio de la planta siderúrgica abandonada
en
el Ohio de la fábrica de Chevrolet
donde
trabajaba mi mamá.
Trabajaba
en un turno
de
las tres a las once.
Nunca
la veía después del colegio,
ni
antes del colegio, en realidad.
Me
hacía el desayuno solo.
Había
noches en que no me dormía
hasta
que su auto rodaba
por
el largo caminito
hasta
que escuchaba el ruido de las piedras.
Hasta
que entendía que ella había llegado,
que
estaba en casa conmigo.
Entonces
me quedaba dormido,
Pero
ahora duermo solo.
Y
las piedras no suenan.
A
todas las mujeres que amé
Ahora
las aman otros.
A
las 11:45 de la noche trato de escuchar
los
autos, aunque sea las llantas
girando
sobre el pavimento liso.
Cuando
escucho el sonido
que
estoy buscando,
me
digo que sos vos,
que
estás en casa,
y
me duermo.
DE
ALGUNA MANERA
Por
momentos, no sé
si
ustedes de verdad son personas, yo
sé
que son personas, quiero decir,
no
caminan en cuatro patas y usan
ropa.
(Pero a veces, cuando
la
gente se desnuda, no sé si es humana
y
me confundo, por eso ya no
voy
a cabarets, ni tengo sexo).
¿Cómo
se convirtieron ustedes en personas? Cómo
hicieron
para aprender a llegar al trabajo a horario
y
hacer lo que les dice su jefe, cómo
aprendieron
a prestar atención a los detalles. Hay un aviso
en
Craiglist para un trabajo de data entry que dice: Buscamos
a
alguien que esté realmente preparado para empezar una carrera
y
preocuparse por el trabajo que hace todos los días.
¿En
serio el aviso ni siquiera dice qué
produce
la empresa? ¿Cómo mierda te puede importar
algo
desconocido, acaso te empieza a importar
cuando
empezás a trabajar?
¿Cómo
te convertís en persona?
En
general, en lugar de buscar trabajo,
escucho
música en YouTube, en lugar de ser
una
persona, intento convertirme en las notas de las canciones,
la
estructura armónica de la versión de Will You
Still
Love Me Tomorrow
de
Amy Winehouse, quiero convertirme en esa canción, aprendo
la
canción en guitarra y rasgo los acordes en mi patio de adobe,
intento
ser algo no humano, a veces trato de convertirme
en
el sabor de una hamburguesa de Carl’s Jr., quiero ser
así
de sabroso, así de perjudicial para vos.
A
veces escucho cantos amitabha,
cantos
navajos, incluso viejos
himnos
de la iglesia bautista de Kentucy, quiero
ser
un sentimiento puro que pueda llegar al cielo,
pero
en cambio soy Noah Cicero, a veces grito, nadie
puede
controlarme, nadie puede domarme, porque
no
sé qué ser.
Cuando
veo a un antílope desde el auto, muy
al
norte de Nevada, cerca de la reserva del río Walker. No sé
qué
ser: en antílope, la persona que ve al antílope, el pasto
que
el antílope come, lo que siente la persona cuando
ve
al antílope, lo que siente en antílope mientras
come
el pasto, por eso trato de ser todas las cosas
y
me doy cuenta
de
que sólo soy viento que gira y gira y está bien y
no
está bien
y
todo se va a acomodar, algo se está enderezando, pero
nunca
se acomoda, y todo todo todo vuelve, y el viento
que
agita las hojas de la palmera, el zumbido de los bichos y
yo
que intento buscar trabajo en Craiglist.
De Cowboy bipolar (Zindo & Gafuri, 2024) Traducción de Eduardo Savino
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