sábado, 11 de octubre de 2025

Cuatro poemas de Joseph Stroud

 


RECUERDA ESTO, DIJO SAFO

 

Cuando llegue el momento y la muerte te guíe

hacia el inframundo, en donde vagarás

sin cuerpo entre las sombras, recuerda que

estando entre los vivos se te ofreció amor:

a ti, con tu gran orgullo y soberbio desdén,

recuerda que se te ofreció amor, y te abstuviste.

 



ABRIGO DE VARIOS COLORES

 

La muerte cose los botones, el abrigo

está ya casi listo. Pronto me pondré

esa bata de fuego, me enredaré

en el sol y todas las palabras se encenderán

y se esparcirán en cenizas cuando me

desarme, cuando no sea nadie.

 



 EL CANTO, LA OSCURIDAD, LA TIERRA COMO LENGUAJE

 

¿Pero cómo avenirse a la muerte?

Tsang-kie inventó la escritura, se dice,

observando las huellas de las aves a la orilla del lago.

De esas impresiones pudo deducir qué canciones

habían estado ahí. Pero los pájaros nocturnos

no dejan huellas. El búho bajo la media luna

planea silenciosamente a través de la oscuridad,

toca tierra solo para atrapar a su presa. Sabemos dónde

vive por los restos de los cráneos,

los gránulos de pelaje y hueso.

 



MI PADRE HA MUERTO

 

Cuelgo el teléfono. Cuelgo el teléfono.

¿Qué hay ahora a qué aferrarse? El dolor

tiene ya camino libre. Hay una gran maquinaria

en la oscuridad que desmantela un instante

del siguiente. Produce el sonido de un corazón,

pero no lo tiene.

 

 


De Lo que del paraíso nos alcanza. Poemas escogidos, 1966-2019 (Medusa, 2025)         Traducción de Edgar Trevizo

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