BAR MITZVÁ
Yo no tuve Bar Mitzvá
porque no quise. Me daba vergüenza
hacer una fiesta en el salón
y ponerme un vestido blanco
para que todos me miraran.
Pero cuando tenía 12 años
mi mamá me compró
unos tacos
para el Bat
de otra.
Y al verme caminar
se dio cuenta
de que caminaba torcida
para el lado derecho.
Me sacaron una placa
me hicieron un molde de yeso
y me dieron un corsé de plástico.
Ese fue mi Bat-Mitzvá.
Así me hice mujer
ante los ojos de Dios.
NO NECESITO NADA
Lo
peor del corsé
lejos
era
cuando se me caían las monedas
y
tenía que hacer
como
que no me importaba
porque
no podía
agacharme
a levantarlas.
Dese
entonces me acostumbré
a
fingir que no me importan
las
cosas que no puedo tener.
PUERTAS
MARCADAS CON SANGRE
Todas
las casas
en
las que viví siempre
tuvieron
mezuzá
en
la puerta.
Pronto
me voy a mudar
a
la primera
que
no va a tener.
Yo
no creo en nada
y
odio la creencia, fervientemente
la
odio
pero
estoy pensando
en
poner la mezuzá.
Solo
por si acaso
por
si te protege
de
los hombres lobo
o
de las mujeres hermosas
o
de morir desangrada
cada
vez que
menstruás.
PRECAUCIÓN,
PRECAUCIÓN
Recopilo
cuentos de gatos.
Historias
de gatos que se escaparon
que
se tiraron del balcón
que
se perdieron
que
no volvieron más
que
se murieron
que
los operaron
que
nunca quedaron iguales
que
caminan torcido
que
tienen pedazos pelados
que
eran divinos
y
ahora son huraños.
Las
recuerdo, las cuento y las repito
para
que nunca nos olvidemos
de que
eso nos puede
pasar
a nosotros.
De Reconocimiento de terreno (Pánico el pánico, 2019)
ME GUSTA.
ResponderEliminarPERO PUEDE IR AUN MAS LEJOS.
CESAR ESCALANTE (PERU)