Las madres iraníes cosen abalorios azules en todas las prendas de los niños,
para repeler a los espíritus malos que podrían ponerlos en peligro.
Existe el oro azul, que contiene según consta
un setenta y cinco por ciento de oro y un veinticinco por ciento de hierro.
Jack Benny organizó una vez un concurso radial para ver quien
podía describir mejor el azul de sus ojos. La papeleta elegida como ganadora
decía: "Tan azul como el pulgar de un autoestopista ártico".
Las trufas, durante el inicio de la
descomposición, adquieren una tonalidad azulada.
La práctica de pintar de azul las casas de las
vírgenes que están a punto de casarse persiste aún en las costumbres populares
polacas.
En la Biblia, aunque hay más de cuatrocientas
referencias al cielo o al paraíso, el color azul no se menciona ni una
sola
vez.
A los bebés que lloran los calma más fácilmente
una luz azul que una roja. La luz azul retarda la frecuencia cardiaca y
disminuye la presión sanguínea, mientras que la luz roja tiene el efecto
opuesto, acelera el pulso y aumenta la presión de la sangre.
La palabra islandesa para azul (bla-r) denota
todos los matices de azul y de negro, y puede describir el color de un cielo
claro, un puñado de carbón o el brillo de un cuervo.
Hitler tenía ojos azules.
*
Una inquietante niebla amarilla, increíblemente
polvorosa e impregnada de arena, envolvió Basilea, Suiza, en mayo de 1937,
azuzada a través de los Alpes desde el desierto del Sahara, según las
presunciones de los científicos, luego de una tormenta feroz.
Los osos polares del mar de Beaufort, en el océano Ártico, que
posan como monarcas sobre témpanos de hielo, a menudo están manchados de un oro
pálido —civigniq (amarillo) en lengua yupik— por el aceite de las focas que han
matado.
En el cohete V1 o Bomba Volante —el vergeltungswaffe
eines (o Arma de Represalia No.1)— de Hitler, la cabeza, que contenía
cerca de una tonelada de potentes explosivos, era amarilla.
El amarillo de cromo puede ser visto a mayor
distancia que cualquier otro color sobre la tierra.
El amarillo es el color chino para la realeza.
Durante la dinastía Ch'ing (1644-1911), sólo el emperador podía vestir de
amarillo.
¿Algunas curas estrafalarias de la ictericia?
Arañas amarillas amasadas en manteca en Inglaterra; nabos, monedas de oro y
azafrán en Alemania; abalorios de oro en Rusia.
La goethita, un óxido de hierro bautizado así
por el poeta alemán, Goethe, que era un estudioso y coleccionista de minerales,
es también amarilla.
Los soldados japoneses ultimados con
lanzallamas en Iwo Jima, Okinawa, Leyte, Saipán, etcétera, al quemarse no
quedaron negros, sino abrasados de un atroz amarillo brillante.
*
El rojo es el más audaz de todos los colores.
Representa la caridad y el sacrificio, el infierno, el amor, la juventud, el
fervor, la vanagloria, el pecado y la expiación. Es el color más popular,
particularmente entre las mujeres. Es el primer color del recién nacido y el
último que se ve en el lecho de muerte.
Según la leyenda, el pecho del petirrojo se
tiñó de rojo al picotear una espina de Cristo en su camino hacia el Calvario.
El tipo de sangre más raro en todo el mundo es
la del tipo Bombay subtipo A-h. hasta el momento descubierta solamente en una
enfermera checoslovaca en 1961 y en un hermano y una hermana de Nueva Jersey en
1968.
Después de muchas y extenuantes rutinas con
Fred Astaire, los zapatos de Ginger Rogers solían quedar llenos de sangre.
En los barcos de la armada británica en el
siglo XVIII, las cubiertas estaban pintadas de rojo, para que si la sangre se
esparcía sobre ellas los marinos británicos no se acobardaran.
El echarpe chino que Isadora Duncan vestía y que se enredó en la rueda de su Bugatti, estrangulándola instantáneamente, era rojo.
En tiempos antiguos, especialmente en la
sumeria matriarcal o, digamos, en caldea, se creyó alguna vez que las
misteriosas lluvias rojas que la prensa mundial todavía reporta periódicamente
como “lluvias de sangre” eran la mismísima sangre menstrual de la diosa luna.
Antares, el ojo de Escorpio, una supergigante roja veintisiete millones de veces más grande que el sol, es la más roja de todas las estrellas de primera magnitud.
La pika, el relámpago cegador de luz atómica del 6 de agosto de 1945 en Hiroshima, más brillante que mil soles, con su calor abrasador de 300 000 grados centígrados en el hipocentro, era roja.
De Los colores primarios (La
bestia equilátera, 2013)
Traducción de Ariel Dilon
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