UN ENTIERRO
todas las noches
encerrábamos a los charitos
en el gallinero
todas las noches
encerrábamos a los charitos
en el gallinero
una mañana cedió el tejido
y un revoltijo de plumas
se nos pegó a los ojos
en el patio de la capilla
enterramos los huesos
las patas los picos
hicimos guirnaldas de flores
sobre las tumbas
clavamos cruces
de varillas y alambre
las manos cubiertas de ampollas
rezamos
lloramos
más tarde sacamos las cruces
y las usamos de espadas
AMANECER
hay que revolver la sangre
en cruz
con una cuchilla
sin parar
mientras esté vivo
hay que revolver la sangre
en cruz
con una cuchilla
sin parar
mientras esté vivo
el cuero es duro
es dura la grasa
es duro atravesar
clavar hondo
¿quién que ha sido capado
puede soportar sin cagarse
ver la propia sangre
llenando una olla?
el último signo vital
se registra en el ano
mientras tanto el agua
hierve en los tachos
hay que sacar los coágulos
con las manos
hay que tirarlos contra un árbol
para las gallinas
para alimentar la rapacidad
de las crías de chimangos
el susurro del filo
raspa el cuero hirviendo
el pelo cae se apelotona
con la sangraza
el hombre que abre
despliega su precisión
como si midiera su miembro
el filo es la forma de la mano
el corte convierte
al cerdo en mariposa
la sierra divide
movidas
por el reflejo las entrañas
crujen como si vivieran
crujen como si vivieran
sobre
la carretilla
catarata de vísceras y caldos
catarata de vísceras y caldos
hay que lavar las tripas
hay que escurrir
borrar los restos
las gallinas enfrentan
la saliva de los perros
no distinguen lo fresco
de lo digerido
mientras tanto la cabeza
hierve en los tachos
sin ojos
el aire congela el olfato
el frío limpia
el cerebro de un cerdo cabe
en la mano de un niño de 8 años
ESCENA
FAMILIAR
construimos
una casita
en
el bosque
debajo
del paraíso
sobre
el tronco quebrado
de
un eucalipto
la
decoramos con girasoles
espigas
de trigo
margaritas
silvestres
juntábamos
moras y quinotos
hacíamos
tortitas con barro
y
trenzas con flores y hojas
para
adornarnos el pelo
a
los varones y a los perros
los
mandaban al campo
entonces
las chicas
jugábamos
solas
a
la mamá y al papá
las
violetas sobre el musgo
nos
servían de cama
De 53/70: Poesía argentina del siglo XXI (EMR; Espacio Santafesino; Centro Cultural Parque de España AECID, 2015)